Los ataques sexuales se han convertido en una endémica mundial que ha provocado terror constante en las mujeres en su día a día.
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Hoy, parece imposible no enterarse de algún caso donde una joven fue violada, mutilada o asesinada luego de ser atacada por algún depravado sexual. Lo más alarmante es que no existe un patrón que indique a quién atacan, sino que cualquiera, a cualquier hora o lugar, puede convertirse en una víctima.
Por ello, la doctora sudafricana Sonette Ehlers creó en 2005 el dispositivo llamado Rapex, cuyo objetivo es frenar las alarmantes cifras de ataques sexuales en su país, donde más de 150 mujeres son violadas a diario. El proyecto surgió luego de que Ehlers atendiera a una víctima de violación que le dijo con tristeza: «si tan sólo tuviera dientes ahí abajo» y posteriormente, tuvo el caso de un hombre que llegó a su consultorio con un dolor insoportable, porque su pene había quedado atrapado en la cremallera del pantalón.
La doctora fusionó ambas imágenes y creó el prototipo del Rapex, el cual es una especie de tubo, con púas en su interior. Al insertarlo en la vagina con ayuda de un aplicador (como un tampón), de modo que si un hombre intenta penetrarla, se le clavarían las puntas filosas en el pene, provocándole un dolor insoportable que lo obliga a ir directo al hospital.

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Los crÍticos señalaron que el producto se trataba de un castigo medieval pero Ehlers respondió que era «un dispositivo medieval para un acto medieval”.
“¿Por qué deben ser siempre las mujeres las degradadas en una violación?”, defiende Ehlers.
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Hasta el momento, el invento de la doctora sigue siendo cuestionado pues muchos critican que se trata de una muestra de odio hacia los hombres y que la solución ante un ataque sexual no está en un «arma» sádica sino en cambiar la percepción social. Pregunta: ¿No es más sádico que un hombre sienta que tiene el poder de agredir a una mujer sólo para someterla y satisfacer sus asquerosos instintos sexuales?
En 2007, Ehlers logró que su producto saliera a la venta en 14 países, logrando descubrir a 54.926 «Este dispositivo hace que los hombres lo piensen dos veces antes de atacar a una mujer”, advirtió la médica.

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En 2016, el caso de una joven se viralizó al detener una violación por parte de un hombre que la interceptó. Cuando este intentó penetrarla, no contaba con que esta llevaba puesto un Repex, provocándole un terrible dolor en el pene, retirándolo de inmediato. Esto le dio tiempo a la víctima de escapar y conseguir ayuda. Después de recuperarse, la policía trasladó al atacante a la cárcel, negándole la posibilidad de pagar la fianza.
Por supuesto el dispositivo sigue siendo controversial pues también han existido casos donde las mujeres lo utilizan como venganza hacia su pareja. Por otro lado, es cierto que un dispositivo no solucionará el problema, pues aunque contribuye en cierto modo, es cierto que hay un gran peso en la educación de la sociedad y la manera en la que se percibe al sexo opuesto.