Por Viridiana Mirón
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¿Quién protege a los niños cuando son víctimas de abuso sexual por parte de alguno de sus padres? ¿Cómo pueden dar testimonio de que esto es cierto y no es una simple travesura?
Hoy les queremos contar la historia de María (se usó ese nombre para proteger su identidad), una niña madrileña de nueve años que se negaba ir con su padre los días que le correspondía según la patria potestad acordada por los jueces cuando sus papás se divorciaron.
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De acuerdo con el diario español ‘El País’, cada que le tocaba irse con su padre sucedía la misma historia: María se niega a ir a casa de su papá, llora, patalea; mientras que el papá, desesperado ante dichas escenas, termina por agredir a la madre -e incluso han llegado con el juez-.
La mamá de María ha suplicado a los jueces que no permitan que la niña se vaya con su padre, pero lo único que consiguió tener prohibido ir al colegio los días que su hija va con su papá con el fin de evitar nuevos enfrentamientos con su ex marido.
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El 7 de junio esa historia cambió. Después de una escena de gritos y llanto, María logró evitar ir a casa de su padre y le entregó a su mamá una grabación en la que el papá de la menor admite haber abusado sexualmente de ella.
Desde hacía dos años que María estaba denunciando estos abusos, pero las autoridades jamás hicieron nada al respecto. De hecho, en una ocasión llegó hasta al pediatra por una infección vaginal, la cual el médico diagnosticó como «sospecha de abuso sexual» y la niña le contó a los peritos que el papá «jugaba» a hacerle cosquillas en el área vaginal y que eso a ella no les gustaba.
A pesar de eso y como no había pruebas físicas de abuso o agresión, todo quedó archivado y en el olvido, hasta que María sacó la grabación con la conversación que la pequeña tuvo con su padre:
– ¿Pero cuándo te he tocado yo?
– Muchas veces.
– Pero cariño, eso es para jugar.
– Es que no tienes que hacerme eso nunca, mi cuerpo es mío.
– Tu cuerpo es tuyo, efectivamente, cuando tú decías que no te tocara, yo paraba.
Entonces, el abuelo intercede y le dice a la niña que su padre la toca para lavarle esa zona, pero es el mismo varón quien admite que no están hablando de eso:
– No, no, no, si yo sé por lo que la niña lo dice, si yo sé a lo que ella se refiere.
Desde que María le entregó la grabación a su mamá, las autoridades investigan el caso y se espera una sentencia para el abusador.