“Porno de la pobreza” se refiere a la acción de aquellos influencers que se graban entregando dinero o caridad a personas sin recursos o en situación de calle, con el único propósito de obtener más visualizaciones, likes y comentarios de sus seguidores.
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Si bien es cierto que la intención aparente es ayudar a las personas necesitadas, surge una pregunta inevitable: ¿A cambio de qué? Lamentablemente, la respuesta es clara: a cambio de aumentar su propio “engagement” en las redes sociales.
Es preocupante observar cómo muchos seguidores de estos influencers prefieren consumir este tipo de contenido, en lugar de exigir políticas sociales de bienestar que beneficien verdaderamente a las personas que viven en extrema pobreza.
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En una sociedad cada vez más digitalizada, es imperativo reflexionar sobre la ética y las consecuencias de estas prácticas. La explotación de la pobreza con fines de entretenimiento y lucro no solo es irrespetuosa hacia aquellos que están en situaciones vulnerables, sino que también trivializa los problemas estructurales que perpetúan la desigualdad social.
¿Existe realmente el ‘porno de la pobreza’ en Ecuador?
Sí, si existe y tiene gran acogida es por ello que se vuelve fundamental promover un cambio de mentalidad y exigir a los influencers que utilicen su plataforma de manera responsable y empática, priorizando soluciones sostenibles que aborden las causas subyacentes de la pobreza, en lugar de simplemente capitalizarla para obtener popularidad y reconocimiento en línea.
En última instancia, es responsabilidad de todos nosotros como consumidores y seguidores de las redes sociales cuestionar este tipo de contenido y fomentar un enfoque más consciente y empático hacia los problemas sociales. Solo así podremos generar un cambio real y duradero en la lucha contra la pobreza y la desigualdad.
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