Todos conocemos los cinco sentidos clásicos, la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. Pero nuestro cuerpo tiene un “sentido secreto” que nos ayuda a percibir lo que sucede dentro de nosotros y se llama “interocepción”.
Este “sexto sentido” nos permite sentir señales internas como el hambre, la sed, el ritmo cardíaco o incluso la necesidad de respirar profundamente. Aunque muchas veces pasa desapercibido, es esencial para mantener el equilibrio y la salud integral.

Científicos exploran el mapa del interior
Un equipo de investigadores liderado por el neurocientífico y ganador de un Premio Nobel de Medicina Ardem Patapoutian, recibió una subvención de 14,2 millones de dólares por haber ganado el Premio de Investigación Transformadora del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), para mapear el sentido interno humano.
El objetivo es comprender cómo el cuerpo detecta y responde a estas señales internas. Además, buscan identificar cómo este conocimiento puede aplicarse a la salud mental y física, incluyendo tratamientos para dolor crónico, hipertensión y trastornos emocionales.
Cómo la interocepción nos conecta con nuestras emociones
La interocepción no solo nos ayuda a percibir necesidades físicas, también influye en nuestras emociones y decisiones. Estudios muestran que quienes prestan atención a sus señales internas tienen mejor regulación emocional, mayor bienestar psicológico y un sentido más profundo de conexión con su propio cuerpo.
Por ejemplo, los bailarines profesionales desarrollan una interocepción muy afinada. Esto les permite moverse con precisión, anticipar cambios de equilibrio y sincronizar su cuerpo y mente de manera extraordinaria. La práctica constante puede “agudizar” este sexto sentido y mejorar la conciencia corporal.

Escucha a tu cuerpo y mejora tu bienestar
Practicar la interocepción es tan simple como prestar atención a las señales de tu cuerpo durante el día, ya sea sentir el latido del corazón, notar la respiración, reconocer la sensación de hambre o cansancio.
Este simple hábito no solo mejora la salud física, también ayuda a regular emociones, tomar decisiones más acertadas y disfrutar de un bienestar más completo.

La interocepción es, en esencia, un puente entre cuerpo y mente, este “sexto sentido” que nos recuerda que cada señal interna tiene un propósito y que escucharnos puede transformar nuestra vida.

