Imagina que un pequeño trozo de piel de pescado, específicamente de tilapia, puede servir para reconstruir ojos dañados de tus mascotas. Esa es la increíble apuesta de científicos brasileños de la Universidad Federal de Ceará (UFC), liderados por la veterinaria Mirza Melo, quienes desarrollaron una técnica para usar la piel de tilapia como injerto ocular en perros y gatos.
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La idea parte de algo simple y brillante, la tilapia es un pez muy abundante en Brasil, y su piel contiene colágeno, elemento esencial para la cicatrización y regeneración celular. Lo que hacían antes con membranas importadas de origen porcino o bovino, aquí lo hacen con un recurso local que normalmente se desecha.

¿Cómo funciona esta “curita biológica”?
Primero se recolecta la piel del pez y luego se somete a un proceso riguroso de descelularización y limpieza, se extraen células, escamas y ADN para que quede solo la matriz de colágeno acelular, es decir, una especie de andamiaje limpio, sin componentes que puedan causar rechazo.

Luego, ese injerto biológico se coloca sobre la lesión de la córnea del perro o gato. En ese sitio, actúa como una “guía” para que las células vivas del animal migren, se multipliquen y reconstruyan el tejido dañado. Con el tiempo, la membrana se integra al ojo o va siendo absorbida, mientras la córnea sana por sí misma.
Los primeros casos exitosos se documentaron desde 2019. La técnica ha sido aplicada en razas con alto riesgo de lesiones oculares, como los perros braquicéfalos —aquellos de cabeza ancha y cara plana, como los pug, bulldog, shih tzu, entre otros—, así como en gatos, con resultados muy alentadores.

Resultados que inspiran esperanza
Hasta ahora, más de 400 mascotas han sido intervenidas con este método, recuperando su salud ocular e incluso visión. Los reportes indican que la cicatrización es más rápida, con menos dolor, menos riesgo de infección y una evolución clínica favorable.
En estudios veterinarios publicados, se ha comprobado que esta membrana de colágeno acelular cumple con estándares de bioseguridad, sin causar reacciones adversas importantes, y promueve un ambiente húmedo óptimo para la curación.
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Ventajas del método: accesible y sostenible
Una de las grandes fortalezas de esta técnica es su bajo costo. Al utilizar un subproducto de la industria pesquera local, se reduce la dependencia de insumos extranjeros costosos.
Además, el proceso ha sido perfeccionado con rigor científico y regulatorio, la piel pasa por una limpieza exhaustiva y diferentes pruebas para garantizar que no quede material dañino.

Este enfoque también encarna una filosofía de innovación sostenible: transformar un residuo, la piel de tilapia que no se usa, en una herramienta de sanación con sentido ecológico.
Mirando hacia el futuro: de mascotas a humanos
Aunque la técnica está más consolidada en veterinaria, el equipo del Núcleo de Producción y Desarrollo de Medicamentos (NPDM) de la UFC trabaja en expandir su aplicación médica humana. En Brasil, la piel de tilapia ya ha sido usada con éxito en tratamientos de quemaduras.
También se estudian usos en cirugía reconstructiva, oftalmología humana y otros tejidos, impulsando una medicina regenerativa más accesible y versátil.

Una técnica que da esperanza
Ver cómo un perro, incluso con una perforación grave en la córnea, recupera poco a poco la visión gracias a un “parche” hecho con piel de tilapia es un testimonio del poder de la ciencia bien pensada.

Esta técnica no solo salva los ojos de los más consentidos del hogar, sino que inspira la posibilidad de que descubrimientos locales y sostenibles puedan transformar el cuidado de la salud.