La infancia tiene olores, canciones y recuerdos que se quedan para siempre. Entre ellos, muchas veces están las abuelas: esas mujeres que con historias, abrazos y recetas nos acompañan en los primeros pasos de la vida. Pero más allá de la nostalgia, ¿qué dicen los estudios sobre crecer con abuelas? ¿Nos hace más inteligentes, perspicaces, seguros o, al contrario, con más riesgos de salud? La ciencia ha hablado, y los resultados son fascinantes.
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El toque internacional: abuelas que salvan vidas y educan
Desde una perspectiva evolutiva, las abuelas han sido clave para la supervivencia de la especie humana. En Finlandia, un estudio reveló que la presencia de una abuela de entre 50 y 75 años aumentaba en un 30 % la supervivencia de niños de 2 a 5 años. ¡Sí, literalmente ayudaron a que más niños lleguen a la adultez!

En África subsahariana, la investigación fue aún más concreta: cuando una abuela vive en casa, las probabilidades de que los nietos estén escolarizados aumentan hasta en 40%. Y el efecto es más fuerte cuando la abuela tiene entre 60 y 70 años.
En Pakistán rural, otro estudio encontró que la participación activa de las abuelas desde los tres meses de vida del bebé se traduce en mejor desarrollo cognitivo y motor fino a los 12 meses y mejores habilidades socioemocionales a los 24 meses.
Beneficios que trascienden generaciones
No todo es estadística. La teoría de la Affection Exchange sugiere que la comunicación afectiva que fluye entre abuelas y nietos disminuye la soledad, la depresión y el estrés, y fortalece la identidad familiar.

Además, convivir con abuelas no solo aporta ternura: también significa aprender resiliencia. Muchos niños expuestos a los relatos y consejos de sus abuelas desarrollan pensamiento crítico, perspicacia y habilidades sociales. La mezcla de tradición oral y apoyo emocional construye niños más analíticos y confiados.
Los matices: cuando el amor puede ser demasiado
No todo son buenas noticias. En Chile, una investigación de la Universidad Católica señaló que los niños que viven con abuelas tienen un 20% más de probabilidades de ser obesos, incluso después de controlar factores como la dieta y el ejercicio.
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A nivel global, una revisión sistemática publicada en PubMed encontró que los niños criados exclusivamente por abuelas presentan mayores riesgos de ansiedad, depresión y problemas de conducta en comparación con quienes crecen con sus padres.
Un estudio más reciente en Estados Unidos detectó que estudiantes universitarios criados por abuelos eran más propensos a sufrir ansiedad social y adicción a redes sociales. Aquí aparece una alerta: el cariño infinito puede convertirse en sobreprotección, y eso limita la audacia y la autonomía.
Abuelas en Latinoamérica: cultura, identidad y algunos desafíos
En América Latina, el rol de las abuelas es vital. En Colombia, diversos estudios muestran cómo ellas no solo cuidan, sino que transmiten valores, canciones, historias y hasta refranes que ayudan a construir la identidad y seguridad emocional de los niños.

En Perú, medios como Canal Ipe destacan que los abuelos representan un puente cultural: enseñan a los niños tradiciones y costumbres, mientras ellos ayudan a sus abuelos a conectarse con la tecnología.
Sin embargo, investigaciones en zonas vulnerables, como en Cali, advierten que cuando las abuelas cargan solas con la crianza, su salud física y emocional puede deteriorarse gravemente.
El caso ecuatoriano: entre apoyo y propósito
En Ecuador también hay estudios que muestran el peso del rol de las abuelas. En Tungurahua, una investigación analizó a 300 abuelos y abuelas cuidadores en zonas urbanas y rurales, mostrando que muchos asumen el rol de forma estable, brindando estructura y contención a los nietos.

En Azuay, una tesis reveló que las abuelas que crían aportan significativamente a la construcción de valores morales y a la identidad de los niños.
Y en Quito, durante la pandemia, muchas abuelas encontraron un nuevo propósito al encargarse del cuidado diario de sus nietos, reforzando lazos afectivos y encontrando en ellos una motivación vital.
¿niños más analíticos y audaces?
Sí, crecer con abuelas puede potenciar la inteligencia práctica, la perspicacia y la audacia de los niños. Ellas transmiten resiliencia, enseñanzas culturales y estrategias de vida. Pero los estudios también advierten que la clave está en el equilibrio: lo ideal es combinar el amor y la sabiduría de las abuelas con la guía activa de los padres.
Al final, las abuelas no solo cuidan: alimentan la mente, el corazón y la historia de quienes crecen a su lado.