El ciclo escolar 2025-2026 empezó con sonrisas, mochilas pequeñas y sueños gigantes. Este 1 de septiembre, 1.647 niños de entre 2 y 5 años iniciaron clases en los Centros Municipales de Educación Inicial (CEMEI) de Quito, donde los patios y aulas recién remodelados los recibieron como un abrazo. Una inversión municipal de más de USD 443.000 permitió renovar cada espacio: desde áreas de juego seguras hasta comedores diseñados especialmente para los más pequeños.
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Pero la noticia más esperanzadora está en los 1.498 niños que egresaron este agosto de los 95 centros “Quito Wawas”. De ellos, 166 —los que enfrentan situaciones de mayor vulnerabilidad— ya tienen asegurado su paso a los CEMEI. Un salto enorme si se piensa que el año pasado apenas nueve lograron dar ese paso.

Educación que no se detiene
“Por cada dólar que invertimos en primera infancia, obtenemos un retorno de hasta 17”, dijo el alcalde Pabel Muñoz al inicio de clases. Y esa no es solo una frase optimista: es la base de una política pública que convierte a los niños en la prioridad “1A” de la ciudad.
La continuidad educativa evita que los pequeños sufran interrupciones en su aprendizaje y asegura que la calidad de atención que conocieron en los Quito Wawas siga acompañándolos. Esta decisión impacta sobre todo a quienes más lo necesitan: hijos de personas privadas de libertad, familias migrantes, niños con riesgo de trabajo infantil, problemas de nutrición o sobrevivientes de violencia.

Un sistema único en el país
Quito es pionero en tener un sistema educativo municipal que acompaña a los estudiantes desde que son bebés hasta que se gradúan del colegio. Es un trayecto completo que va así:
- Quito Wawas (CDI): de 1 a 3 años
- CEMEI: de 2 a 5 años
- Colegios municipales: hasta los 18 años
Con esta estructura, la capital asegura que ningún niño se quede atrás. De hecho, el 89 % de quienes concluyen su paso por los CEMEI siguen sus estudios en las unidades educativas municipales.

¿Qué es “Quito Wawas”?
Los Quito Wawas son centros de atención a la primera infancia administrados por el Municipio de Quito. Allí, cada niño recibe estimulación temprana, acompañamiento pedagógico, seguimiento en nutrición y salud, además de cuatro ingestas alimenticias al día. Estos espacios se caracterizan por un enfoque sensorial e innovador, que prioriza el juego y la creatividad como herramientas de aprendizaje.
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Cada centro atiende entre 36 y 45 niños y recibe una inversión anual de aproximadamente USD 110.000. En total, la ciudad destina USD 65 millones cada año para garantizar el desarrollo integral de más de 20.000 niñas y niños menores de cinco años.

Inversión con rostro humano
Las cifras son contundentes, pero detrás de ellas hay historias. Como la de Ágata, que egresó del CDI El Tejar y cuya madre asegura que ahora “está preparada para empezar la escuela con una base sólida”. O la de las familias que, gracias al apoyo de Quito Wawas y CEMEI, encuentran un respiro frente a la desnutrición crónica infantil, ya que pronto recibirán un bono de USD 25 canjeable en mercados de la ciudad para reforzar la alimentación de sus hijos.
Una ciudad que protege sus sueños más pequeños
La graduación de un niño de tres años puede parecer un detalle, pero en realidad es el inicio de una vida con mejores oportunidades. Cada juego, cada canción y cada merienda forman parte de una estrategia mayor: combatir la pobreza y la desigualdad desde los primeros años.
Quito demuestra que el cuidado de la primera infancia no es un gasto, sino la inversión más sabia que puede hacer una ciudad. Los 1.498 pequeños que este año terminaron su etapa en los Quito Wawas son la mejor prueba de que aquí se cultiva futuro, con amor, con políticas públicas serias y con una comunidad que entiende que educar desde temprano cambia destinos enteros.