María Teresa “La Flaca” Guerrero, reconocida expresentadora de televisión y atleta ecuatoriana, continúa demostrando que la fortaleza y la esperanza pueden brillar incluso en los momentos más duros. El pasado lunes 25 de agosto, Guerrero fue sometida a una cirugía en el hospital Houston Methodist, en Texas, como parte del tratamiento que enfrenta contra el cáncer de ovarios en etapa avanzada.
PUBLICIDAD
Lejos de guardar silencio, la Flaca decidió compartir con sus más de un millón de seguidores en redes sociales un pedacito de este proceso. Con humor, transparencia y valentía, publicó un video donde aparece caminando por los pasillos del hospital. “Mis primeros pasitos, aún hospitalizada, super sexy mi bata y faja de hospital, tengo una cicatriz desde el pecho hasta la cosita… (heridas de guerra). Gracias por todos sus mensajes de apoyo”, escribió en sus historias de Instagram, mostrando que incluso en medio de la adversidad se puede sonreír.

El triunfo ante el cáncer
La escena conmovió a miles de personas que siguen su evolución paso a paso. La Flaca no solo mostró la cicatriz que ahora forma parte de su historia, sino también la determinación de levantarse y seguir adelante. Un día antes, había celebrado que los médicos lograron extraer lo que quedaba del cáncer durante la operación. “Este proceso no me ha roto, me ha despertado”, aseguró, dejando claro que su batalla va más allá de lo físico: es también un despertar emocional y espiritual.
En medio de su recuperación, María Teresa ha contado con un apoyo incondicional que la ha hecho sentir más fuerte: el de su pareja, el estadounidense Graham Kersey. En sus publicaciones, le dedicó un mensaje que arrancó suspiros: “Este hombre que ha estado a mi lado, cuidándome sin importar mi enfermedad, ni cómo me veo, ni cómo estoy, es un verdadero ángel que Dios puso en mi vida”.
Ese vínculo de amor y complicidad se ha convertido en un ejemplo de lo que significa acompañar en la salud y en la enfermedad. Los seguidores de Guerrero han llenado sus publicaciones con mensajes de cariño, oraciones y buenos deseos, creando una comunidad virtual que celebra cada pequeño avance de su recuperación.
Aunque su vida cambió drásticamente desde el diagnóstico, la Flaca mantiene la energía que la ha caracterizado en su carrera como atleta y comunicadora. Sus mensajes no solo informan sobre su estado de salud, también inspiran a quienes atraviesan procesos similares, recordándoles que la vulnerabilidad no es debilidad, sino valentía en su forma más pura.
Hoy, entre pasillos de hospital, cicatrices y nuevas rutinas, María Teresa “Flaca” Guerrero se levanta como un símbolo de resiliencia. Con cada paso reafirma que la batalla contra el cáncer se libra con fe, humor y, sobre todo, con la certeza de que la vida merece ser celebrada en cada instante.