¡Qué noticia más linda para el deporte ecuatoriano! La halterista Angie Palacios Dajomes anunció que ya es mamá y lo compartió con emoción en sus redes. La campeona olímpica de París 2024 (medalla de bronce por equipos mixtos y figura en 71 kg) dejó saber que su bebé llegó al mundo el viernes 22 de agosto de 2025. Su pareja, el futbolista Bryan De Jesús (El Nacional), también celebró con una tierna foto. Una escena íntima y luminosa que conmovió a todo el país.
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Un nuevo peso en su vida: el amor
Cuando en marzo de 2025 Angie reveló su embarazo, tomó una decisión tan firme como un arranque perfecto: pausar la competencia para priorizar su salud y la de la bebé. La noticia, contada sin filtros, anticipaba una etapa de calma activa; de esas que no aparecen en los rankings, pero sí construyen fortaleza por dentro. Hoy, con su hija en brazos, esa apuesta se ve recompensada.
La llegada de la pequeña también recordó algo esencial: incluso las atletas más fuertes necesitan equipo, y el primer equipo es la familia. En cuestión de horas, De Jesús publicó el mensaje que muchos queríamos leer: “el amor de mi vida”, junto a la imagen de la recién nacida. El país entero sintió parte del festejo.

Pausa estratégica, no final de carrera
Angie ha batallado con discos de acero, récords continentales y la presión de la élite. Ahora enfrenta jornadas con biberones, madrugadas y esa “haltera invisible” que es aprender a ser madre. Si algo define a Palacios Dajomes es su disciplina: la misma que la llevó a Juegos Olímpicos y a podios panamericanos la ayudará a diseñar un retorno saludable, inteligente y progresivo, cuando ella y su familia lo decidan. Esa es la diferencia entre parar y renunciar: una pausa es también táctica.
La respuesta del público ha sido un coro de aplausos digitales: mensajes de cariño, orgullo y esperanza. Medios ecuatorianos confirmaron la buena nueva y subrayaron que el anuncio se dio a través de sus cuentas oficiales. El periodismo deportivo se tomó, por una vez, un respiro de marcas y totales para celebrar algo que no cabe en una estadística: la vida.
En tiempos en que exigimos a nuestros ídolos ser máquinas, Angie nos recuerda que el alto rendimiento también es humano. Que un plan de entrenamiento puede convivir con el cuidado, y que la excelencia incluye saber bajar revoluciones. Si su carrera enseña a mover montañas con técnica, su maternidad enseña a mover calendarios con paciencia. Y eso, para futuras y futuros deportistas, pesa tanto como un récord.
Horas después, otra postal íntima: un video que revela momentos del parto. No hay tarimas ni himnos, pero hay lágrimas felices y la certeza de que en el escenario de la vida ella acaba de levantar su trofeo más importante. Una historia que conmueve, inspira y, por supuesto, motiva a seguir.
Porque si algo ha demostrado Angie Palacios Dajomes es que los grandes levantamientos empiezan desde el suelo: con apoyo, técnica y corazón. Que disfrute esta medalla de amor. El resto—la plataforma, la barra y los discos—sabrá esperar.