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Erradicar la violencia de género requiere acción constante: el Día Naranja invita a educar, acompañar y transformar

La violencia contra mujeres no espera y nuestra responsabilidad colectiva es informarnos, apoyar y actuar.

Día naranja
Día naranja Cada acción cuenta para construir un futuro libre de violencia de género. (Freepik)

La violencia contra las mujeres no es un hecho aislado, es un problema estructural que hoy exige nuestra atención y acción colectiva. Además de manifestarse físicamente, se evidencia en el control económico, la falta de oportunidades y el silencio que aísla. Hablar de ello es incómodo, pero necesario. Por eso, cada 25 de mes, el mundo se viste de naranja, recordándonos que un futuro libre de violencia no puede ser solo una intención al aire, sino un compromiso.

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El Día Naranja, impulsado por la ONU, busca generar conciencia sobre la violencia de género y motivar a la acción colectiva. En este marco, distintas organizaciones y marcas han sumado su voz para visibilizar el problema. Una de ellas es Avon, que de la mano del Instituto Natura México ha puesto en marcha diversas iniciativas para informar, acompañar y apoyar a mujeres y niñas en situación de violencia.

Día naranja
Día naranja Cada acción cuenta para construir un futuro libre de violencia de género. (Freepik)

“Desde el año pasado, la Fundación Instituto Natura abraza un tema tan importante como lo es la prevención de la violencia de género. Sabemos que el 25 de cada mes es un recordatorio de por qué tenemos que seguir haciendo un énfasis muy importante en el país, porque estamos lejos de que todos tengamos conciencia de lo que significa la violencia contra mujeres y niñas”, explicó Silvia Ojeda, directora del Instituto Natura México, en entrevista con Nueva Mujer.

El panorama es alarmante. En México, 9 mujeres son asesinadas cada día. De acuerdo con organizaciones civiles, los números pueden duplicar las estadísticas oficiales, con al menos 22 feminicidios diarios. Además, los casos de violencia familiar han aumentado casi un 100% en la última década. “No puede ser que sigamos teniendo más de 10 asesinatos diarios considerados feminicidios. El punto no puede quedarse impune y tampoco podemos normalizarlo como sociedad”, subrayó Ojeda.

Visibilizar lo invisible

Parte de la labor de la organización también es poner sobre la mesa violencias poco visibilizadas, como la violencia económica. Según el informe Sácate la duda: Hablemos de dinero, un 65% de los mexicanos cree que puede existir igualdad de género aun cuando las mujeres no son financieramente independientes. Sin embargo, la dependencia económica limita la autonomía y abre la puerta a distintos tipos de violencia.

Pareja
Pareja El mito del amor romántico perpetúa desigualdades y violencia. (Freepik)

“Hay un montón de mujeres que forman parte de nuestra red, que son líderes de familia, que sacan adelante a sus hijos, y muchas veces enfrentan situaciones como que sus emprendimientos son destruidos por parejas que no quieren que se independicen. La violencia económica está invisibilizada, pero tiene un impacto directo en el desarrollo de nuestro país”, señaló Ojeda.

Frente a esto, la especialista compartió que se ha desarrollado un protocolo de primera escucha, que capacita a sus consultoras para brindar contención emocional, identificar riesgos y canalizar casos de violencia a atención legal y psicológica. Además, ha destinado más de seis millones de pesos a organizaciones que brindan refugio y apoyo integral a mujeres y niñas. De acuerdo con Ojeda, las acciones del Instituto Natura buscan no solo generar conciencia, sino ofrecer “capacitación, acompañamiento y redes de contención para que más personas podamos salir como sociedad”.

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Romper el silencio, tejer redes

Mujer
Mujer Cada acto de acompañamiento, educación y escucha acerca a una sociedad más justa. (Freepik)

Para Silvia Ojeda, uno de los puntos centrales es hacer red. “La violencia tiene como modus operandi aislar a la persona de su círculo cercano. Por eso es vital seguir invitando a nuestras amigas, seguirlas buscando, escucharlas sin juicios. Hacer red significa estar cerca de quienes queremos, acompañarlas y procurarles un espacio seguro. No podemos empoderar a alguien más, pero sí crear condiciones para que esa persona se empodere”.

La evolución de esta conversación también ha sido posible gracias a una mayor visibilidad cultural y social. “Hoy vemos más voces que alzan la denuncia, más periodismo consciente, más claridad en las diferencias entre un homicidio y un feminicidio. Antes eran pocas voces y hasta incómodas; ahora son muchas y con fundamento. Creo que vamos por un buen camino, aunque todavía falta mucho por hacer”, afirmó Ojeda.

Un llamado permanente

El naranja no es solo un color: es símbolo de resistencia, de acompañamiento y de esperanza. Nos recuerda que el cambio no ocurrirá mientras permanezcamos indiferentes y nos invita a cuestionar nuestros hábitos, prejuicios y silencios.

“Estamos convencidas de que el impacto no se suma, se multiplica. Por eso insistimos en amplificar estas voces y sensibilizar a más personas. Falta mucho para que como sociedad tengamos plena conciencia de lo que significa la violencia de género, pero cada paso cuenta. Y cada red que tejemos nos acerca a un futuro más justo”, concluyó la especialista.

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