Psico

Amor propio es dejar de asumir que tienes que sacrificar tu felicidad para salvar a otros

Que nadie te haga sentir culpable por priorizar tu felicidad. No es tu responsabilidad sanar a otros

Amor propio

Nos han acostumbrado a creer que nuestra misión dentro de una relación es salvar al otro, sanar sus heridas y ser las encargadas de su felicidad. Sin embargo, no hay nada más agotador que eso y a la larga es lo que nos lleva a caer.

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No importa si tienes las mejores intenciones y un corazón de oro, cuando asumimos que somos responsables del bienestar del otro, se puede volver una carga pesada.

Y no es que no debas apoyar a tu pareja o tratar de hacerlo sentir mejor cuando está pasándola mal sino entender que ni su dolor ni su felicidad son tu responsabilidad.

Como ejemplo de esto están Adamari López y Jennifer Lopez, dos famosas que recientemente terminaron sus respectivas relaciones para tomar otro camino.

Mientras que la conductora optó por enfocarse en su cuerpo, en sus proyectos y en su hija, la cantante encontró una oportunidad de amor en Ben Affleck y también tomó las riendas de sus propios proyectos. Y aunque ambas nos enseñaron que es sano rehacer tu vida tras una ruptura, fueron muy criticadas por “no guardar luto” y superar fácilmente a sus ex.

Desde entonces, no faltan aquellos que comentan que Alex Rodríguez, ex de J.Lo se ve triste y que Toni Costa, ex de Adamari, ha estado muy solitario. Esto es una forma de señalar a las famosas como “las malas”, las que rompieron la relación y las que no hicieron lo suficiente para salir adelante.

Es momento de entender que ellas no tienen las responsabilidad del otro y que tienen todo el derecho de hacer lo que las haga sentir plenas y felices.

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Quedarte en una relación que no te hace bien, pensando que tienes que salvar al otro es peligroso

Quizá en el pasado estuviste con alguien que tenía el alma rota e hiciste todo por hacer que las cosas funcionaran. Pero con el tiempo te diste cuenta que eso sólo te arrastraba al mismo punto. Ahora sabes que sanar no depende de otras personas sino de uno mismo.

Dejar de tratar de sanar a otros es evitar caer también. Parece algo egoísta pero es la verdad. Puedes ayudar, guiar y apoyar pero no está en ti solucionar la vida de todos. Puedes ser empática y compartir momentos felices juntos pero eso no significa que debas asumir emociones o problemas ajenos.

No importa lo mucho que ames a esa persona ni tampoco la cantidad de sacrificios que hayas hecho por ella al final, cada quien es responsable de encontrar su propia felicidad.

El amor de verdad no se trata de reparar o completar sino de complementar al otro.

Tienes la capacidad de dar un amor infinito, de entender el dolor ajeno y querer que todos estén bien. Sin embargo, tu vida no debe girar en torno al dolor ni frustración de otros. Ayuda a quien amas a cargar ese equipaje sin hacerlo tuyo.

“Hay cosas que no podía permitir por mí, pero sobre todo por mi hija…No tomé la decisión a la ligera, no fue una rabieta. No es un capricho, no es un castigo”, dijo Adamari López para People.

Ponte a ti misma primero. Cuando sientes que no puedes más, quizá es momento de salir de ahí. El cuidado personal es un elemento clave para evitar caer en la trampa del salvador. Si no te cuidas a ti misma, no podrás estar lo suficientemente fuerte y saludable para ser feliz y tampoco serás capaz de cuidar a quienes amas.

No te gusta ver a otros sufrir, te encantaría que haya paz en el mundo y tratas de ser comprensiva y empática con todos. Pero también eres consiente de que esa persona pudo haber hecho algo más para evitar ese dolor y no esperar a que tú le soluciones la vida.

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