Todas deseamos olvidarnos de esas molestas alitas de murciélago que aparecen cuando los años avanzan o cuando tenemos una importante pérdida de peso. Esto es posible si realizamos el entrenamiento adecuado, por eso, aquí te presentamos los ejercicios ideales para recuperar la firmeza de los brazos.
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Lo ideal es que no abandones la actividad física mientras estás en un plan de pérdida de peso, sin embargo cuando ya lograste tus objetivos, debes concentrarte en trabajar el músculo y la piel.
Es importante que tomes en cuenta que una alimentación balanceada es clave para que los resultados del ejercicio sean visibles y perduren.

Puedes ayudar al entrenamiento con mucha hidratación de tu organismo y humectación de la piel, de modo que es un trabajo integral el que debes hacer.
A continuación, te presentaremos los pasos que debes seguir en tu rutina de entrenamiento de brazos, sigue las instrucciones y notarás la diferencia.
Los ejercicios ideales para recuperar la firmeza de los brazos luego de la pérdida peso
Flexiones de bíceps
El curl de bíceps es el ejercicio de brazo por excelencia. Tonifica y fortalece el frente de los brazos, lo que muchas personas asocian con la capacidad de «flexionar un músculo».
Para realizar este ejercicio, toma tus pesas y comienza con los brazos a los lados. Alza los codos hacia un lado de tu cuerpo y luego dobla los pesos hacia los hombros. Ten cuidado de no dejar que tus brazos se balanceen. Repita esto 10 veces y complete 3 series en total durante su entrenamiento.
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Contragolpes de tríceps
El ejercicio de tríceps es crucial cuando los brazos están flácidos. Esta es la parte del brazo que se mueve cuando agitas. Para apretar esta área y reducir la sacudida es necesario fortalecer la parte posterior de los brazos. El ejercicio más básico con mancuernas para lograr esto es un contragolpe tríceps.
Abraza un árbol
Este ejercicio trabaja los bíceps desde un ángulo diferente, mientras que también trabaja los lados debajo de las axilas y esculpe los hombros. Sostén las pesas a la altura de los hombros, paralelas al piso. Relaja los hombros hacia abajo y luego abraza los brazos hacia el frente de tu cuerpo como si estuvieras abrazando un árbol.