La tristeza, el miedo, el estrés y la ansiedad suelen generarnos ganas de comer para conectarnos con el placer de saborear lo ingerido y olvidarnos de los problemas.
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Esta situación puede activarse aún más durante la cuarentena o el encierro voluntario por prevención de contagio del covid-19 , porque tenemos tiempo libre para pensar en comer o trabajamos desde casa, y tenemos la nevera disponible para miles de antojos.
Para evitar esta situación primero tenemos que identificar cuándo tenemos hambre real o es emocional.
¿Qué es el hambre emocional?
Sabemos que tenemos hambre porque nuestro estómago nos pide alimento, pero en ocasiones es nuestra cabeza la que pide alimento, y en ese caso, el hambre es emocional.
En resumen es utilizar la comida para sentirse mejor.
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¿Cómo combatirla?
En primer lugar hay que tener muy claro este punto: el hambre emocional no se combate, se gestiona.
Por tanto, si quieres mejorar este problema, te damos algunos consejos que te ayudarán a gestionarla:
- Elabora un menú diario de comidas: es importante que tu mente sepa que estás bien alimentado y, por tanto, de esta forma, evitarás esa urgencia a la hora de comer por compulsión.
- Realiza un semanal para que, así, sepas exactamente qué vas a comer y a qué hora, y así controles estos ataques de hambre.
- Come alimentos saciantes: para evitar la sensación de hambre, te recomendamos que incluyas en tu dieta alimentos que sacien tu apetito como, por ejemplo, las frutas y las verduras.
- Opta por alimentos saludables cuando te entren las ganas descontroladas de comer, así tu salud no se resentirá.
- Evita el azúcar: Prefiere versiones más saludables como yogures, frutas, etcétera.
- Haz deporte: El ejercicio físico es un hábito muy recomendable para conseguir reducir la ansiedad y vivir de una forma más optimista y positiva. Esto puede ayudarte a regular tus problemas emocionales y, así, reducir estos ataques de hambre.