El nabo es una hortaliza de raíz que pertenece a la familia botánica de las crucíferas, igual que los berros, el brócoli, la rúcula y las coles.
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Este tubérculo también es rico en antioxidantes, vitaminas, minerales y tiene un bajo aporte calórico. Por ella, la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda su consumo.
Incluso, las hojas del nabo se pueden consumir crudas, mientras que la raíz se puede consumir rallada en ensaladas, como si fueran rabanitos, o cocinadas con arroz o legumbres y aportan una dosis extra de minerales.
El nabo es un excelente descongestivo, muy adecuado para combatir a tos y el resfriado especialmente en los pequeños de la casa.
Así hacemos el jugo
El jugo de nabo es muy útil para proteger el sistema inmunológico y aumentar las defensas. Otra de sus propiedades es que tomarlo con regularidad, resulta muy útil para aliviar el dolor de las úlceras gástricas y evitar su aparición. Además resultan muy beneficiosos para combatir trastornos digestivos.
Ingredientes:
– 1 nabo mediano
– 2 limones o el zumo de 1 naranja mediana
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– Agua
Preparación
– Lava y corta el nabo en trozos pequeños.
– Parte por la mitad y extra el jugo de los limones.
– Colocar todos los ingredientes en la licuadora. Servir en un vaso sin hielo para que el organismo aproveche al máximo las propiedades de este licuado.
– Lo recomendable es beber un vaso por día, preferiblemente en las mañanas.
Propiedades curativas del nabo
– Este tubérculo es eficaz para disminuir la hinchazón y eliminar moretones de la piel producidos por un golpe.
– Es utilizado para combatir el asma, bronquitis, enfisema, pulmonía y tos ferina.
– El nabo es rico en químicos naturales llamados nitratos que, a través de una reacción en cadena, se convierte en óxido nítrico, lo que ayuda a la circulación sanguínea y la presión arterial.
– El nabo resulta ideal para reducir el nivel de colesterol en la sangre y para combatir el estreñimiento.
– Igualmente, ingerir nabo crudo, por lo menos, una vez por semana ayuda a limpiar los dientes y, a la vez, masajea las encías. Su consumo diario para reducir las placas dentales y el sarro.