Ya estamos en verano y muchos piensan en reducir tallas y bajar de peso, siguiendo cualquier pauta de alimentación que prometa resultados milagrosos. Además de ser un error tratar de seguir los parámetros estéticos, las dietas más extremas pueden traer consecuencias para la salud. Por ello, Tefal y la nutricionista y Food Blogger, Noelle Litvak, advierten los peligros de los planes de alimentación mal llamados «fast» y consejos para lograr un estado saludable, más allá del peso.
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Lo primero es entender que cada persona diferente y no existe una dieta universal, señala Noelle Litvak. Cada uno tiene necesidades nutricionales y alimentarias diferentes, y muchas veces no es posible seguir la que hace la amiga. “Copiar pautas de alimentación extremas sin conocer los requerimientos individuales puede traer importantes consecuencias, como carencias de vitaminas y minerales, pérdidas de masa muscular, desórdenes hormonales o aumento de la inflamación, entre otras situaciones”, dice la nutricionista.
Si se quiere seguir un estilo de vida saludable, lo más recomendable es siempre guiarse bajo la mirada de un profesional. Este indicará cómo nutrirse según las necesidades individuales, para cumplir con éxito los fines que se planteen conjuntamente, de forma objetiva y alcanzable, sin poner en riesgo la salud.
¡Cuidado con las dietas!
Los regímenes que prometen cantidades de kilos menos en poco tiempo, ya deberían alertarnos sobre su veracidad. A juicio de la nutricionista, no existe un resultado “normal” de baja de peso. Cada persona tiene un metabolismo particular, formas de asimilar alimentos y gastar energía diferentes, por lo que lo perderá a su propio ritmo.
Muchas personas que se someten a estos planes sin supervisión pueden sentirse mareadas, sin energía o con malestares estomacales. Si se consume algún medicamento para perder peso de manera irregular, puede ser peor. Esto puede provocar síntomas como sudoración, taquicardia y cambios de ánimo.
“Algunas dietas restrictivas con ciertos alimentos, bajo supervisión, pueden ser buenas herramientas para control metabólico de algunos pacientes. Ninguna de estas pautas muy limitadas puede hacerse a modo personal, ya que pueden traer consecuencias negativas”, comenta Litvak.
El acompañamiento de un profesional es fundamental para no incurrir en conductas de riesgo. “La mejor dieta va a ser la que haga sentido, que desde el comienzo haga sentir bien, con energías, deshinchado. Una forma de alimentarse equilibradamente, que no solo tiene efectos en el peso, sino que en todo el organismo”, precisa.
El proceso debe ser absolutamente personal y destinado a lograr el bienestar. No se trata de correr tras un cánon de belleza muchas veces inalcanzable. “Podemos decidir de qué forma queremos vivir: complicarnos por un cuerpo considerado perfecto o esforzarnos por mantener un equilibrio. Podemos conseguirlo con una nutrición consciente, realizando ejercicio físico y un bienestar integral”, concluye.