La vida adulta es mucho más difícil de lo que nos habían contado. Los problemas laborales, los obstáculos se vuelven mayores, y la falta de tiempo termina con el espíritu de cualquiera.
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En esta época se vuelve todo mucho más complicado. Ya no están tus padres para enmendar tus errores todo el tiempo, los trabajos no te aseguran ya jubilaciones, ya conoces el término del aumento de la plusvalía en los departamentos.
Cuando enfrentas tanto monstruo del que no puedes escapar, por supuesto que parte de ti estará en negación. Quién quiere tener batallas diarias cuando antes te podías esconderte atrás de tus padres.
Ahora, es luchar por tus sueños, conservar tu espíritu, sobrevivir ante problemas mucho más concretos, y no perderse el intento. Son épocas difíciles para crecer, y aún así la edad adulta viene con muchas alegrías.

Tienes más lecciones para transformarte como persona, tienes independencia, y puedes luchar por tu libertad. Entre más nos resistimos a aceptar la idea, más complicado se vuelve todo.
Hay que tener aceptación, porque lamentablemente, el mundo no hace paradas ni tampoco se detiene para que lidies con lo inevitable.
También es importante recordar que la edad no te da madurez si tú no trabajas por ella. Para alcanzar sabiduría necesitas de muchísimos clavados a tu interior.