«Todo lo bueno se encuentra en el té de jengibre», afirma un viejo proverbio indio. La medicina china, la otra tradición más antigua pero viva, también recurre al jengibre con fines medicinales porque restaura el Yang, o energía caliente.
La raíz aromática y picante se ha utilizado durante mucho tiempo en los sistemas curativos tradicionales y occidentales para hacer té. El té de jengibre trae consigo una serie de poderosos beneficios para la salud.
Efectos curativos del té de jengibre
Los investigadores dicen que los aceites volátiles activos y los compuestos acuosos de fenol, como los gingeroles y los shogaoles, son los que le dan poder al jengibre, según el Centro Médico de la Universidad de Maryland. El té hecho de jengibre tiene altos niveles de vitamina C y aminoácidos, así como varios oligoelementos como calcio, zinc, sodio, fósforo y muchos otros.
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Beber té de jengibre puede: ayudar al cuerpo a absorber nutrientes, ayudar a aliviar un malestar estomacal, ayudar con la perdida de peso, ayudar a combatir el cáncer, ayudar a administrar los niveles de glucosa, mejorar la circulación sanguínea, mejora la digestión de los alimentos, aumenta la producción de jugo gástrico, protege contra la enfermedad de Alzheimer, abrir vías respiratorias inflamadas, alivia las molestias menstruales, aliviar el estrés.
Cómo hacer té de jengibre
Para preparar 1 litro de té de jengibre, corte un trozo de jengibre entero sin pelar de 2 pulgadas en trozos gruesos y colóquelo en una olla de 2 a 3 cuartos con un litro de agua purificada. Lleve a ebullición, luego reduzca el fuego, permitiendo que el té hierva a fuego lento durante 15 minutos. Cuela el té y guárdalo en una botella termo o frasco de vidrio.