Las constelaciones familiares son un tipo de dinámica terapéutica, creada por el teólogo y pedagogo alemán Bert Helling, que busca despertar emociones que supuestamente existen en nuestro subconsciente y que muchas veces se manifiestan en nuestra vida como traumas o asuntos no resueltos.
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Esta terapia postula que los miembros de una familia crean un sistema donde se influyen unos a otros en los distintos aspectos de la vida y a lo largo de varias generaciones de manera inconsciente, haciendo que reproduzcan patrones familiares sin darse cuenta.
La terapia de constelaciones familiares busca detectar estas dinámicas subconscientes de cada familia (o sistema) y las actitudes y conductas que se producen entre sus miembros para poder sanar las heridas que arrastran.
A pesar de tener detractores, por no tener una base científica sólida y ser considerada por muchos una pseudociencia más cercana a la superstición que a la psicología, las constelaciones familiares cuentan con muchos defensores y son miles las personas que aseguran haberse beneficiado de esta forma de terapia.
La primera vez que escuché hablar de cómo “constelar”, la sola descripción de las sesiones me hacia querer huir despavorida. Por lo que entendía, la terapia consistía en asignar distintos roles familiares (mamá, papá, hermanos, etc.) a desconocidos y, luego, con la ayuda de un terapeuta, tratar los conflictos en una especie de juego donde se representan e interpretan las diferentes situaciones o problemas. Como nada me puede parecer mas traumático y menos atractivo que exponer mi subconsciente a un grupo de personas que no conozco, la idea de intentarlo nunca se me pasó por la cabeza… hasta que escuché hablar de los equinosistemas, una forma de constelación familiar donde los otros miembros de la familia no son representados por desconocidos, sino por caballos.
Constelaciones familiares con caballos
En estas constelaciones, los animales sirven como espejo de nuestras emociones. Se cree que por nacer en calidad de “presa” y mantenerse en un estado de alerta durante toda su vida, los caballos desarrollan la capacidad de captar la energía de lo que se encuentra a su alrededor, y al ser bestias libres de cualquier tipo de juicio de valor, reaccionan a lo que perciben mostrando emociones y actitudes que muchas veces dejan ver los desórdenes que se está intentando resolver. Con o sin base científica, mi curiosidad fue más grande y quise probar.
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Las constelaciones que conduce Cecilia Oviedo, la terapeuta que primero me habló de esta forma de terapia, suceden en “La Marquesa”, parque nacional que se encuentra en las afueras de la Ciudad de México y cuya existencia desconocía por completo: me sorprendió como un oasis de tranquilidad y aire puro.
Luego lo que sucede en las sesiones es difícil de describir ya que es muy personal y un poco surrealista. Efectivamente (o al menos en mi caso) la interacción con los caballos revela aspectos de las relaciones con nuestros familiares de una manera completamente inesperada, ayudándonos a tomar conciencia de situaciones conflictivas y pendientes de revisión.
Al ser una forma de terapia existencial, se centra en que el propio paciente sea quien realice la introspección, detecte los conflictos latentes y trate de solucionarlos. Al final es la propia conexión con la experiencia lo que aporta el significado.
Las sesiones pueden ser individuales, en pareja, familiares, grupales o empresariales ya que trabajan sobre el desorden que presenta cualquier sistema social, aunque se recomienda que la primera sesión se tome de manera individual.
Más información al 55-85316839. Ceci Oviedo en Facebook, @equinosistema en Instagram.
Ignacia Allamand es una actriz chilena de cine, teatro y televisión radicada en Ciudad de México desde el 2017. Ha participado en múltiples proyectos televisivos y cinematográficos en Latinoamérica, México y Estados Unidos. Actualmente es parte del elenco de la serie “El dragón” de Televisa y Univision y escribe la columna de opinión “Crónicas de una güera” para Nueva Mujer Chile. Ex Locutora de radio, eterna viajera y sibarita, comparte sus experiencias a través de su cuenta de Instagram @ignaciachaopez y se encuentra trabajando en su primer libro que será publicado en 2020.
