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El ser humano no está hecho para pasar todos los días sentado o acostado. Necesitamos de la actividad física en nuestro cuerpo, aunque no siempre lo queramos aceptar.
No tienes que ser la persona más fitness que pase horas en un gimnasio o realizando distintas actividades. Pero sí necesitamos al menos 45 minutos al día, y que no se vuelva peligroso para nuestra salud.
En promedio estamos 8 o 9 horas en las oficinas, y llegamos a nuestros hogares, cansados y sin ganas de realizar ningún esfuerzo físico. Sin embargo, ya un equipo noruego comprobó cómo esta dinámica podría significar que tengas una vida mucho más corta.
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La Universidad Noruega de Ciencias y Tecnología estudió a 23,000 adultos a lo largo de 20 años. Aquellos que se encontraban inactivos tenían el peligro doble de sufrir una muerte prematura, en comparación a aquellos que eran físicamente activos.
«Para obtener los máximos beneficios de salud de la actividad física en términos de la protección contra la muerte prematura por todas las causas y cardiovascular, hay que seguir siendo físicamente activo«, señaló la Dra. Trine Moholdt, la autora del estudio.
No importa la edad en la que empieces a activarte, siempre se puede reducir su riesgo aunque no hayas sido activo antes. Las declaraciones de la doctora fueron recogidas por HealthDay News.
Los participantes noruegos de a partir de 20 años se iban agrupando según sus niveles de actividad. Se evaluaron en dos periodos (1984-1986 y 2006-2008). Los grupos que había eran tres: inactivas, moderadamente activas (menos de dos horas de actividad física por semana) o altamente activas (dos o más horas por semana).
En el 2013 se llegó a la conclusión que las personas inactivas tenían el doble de probabilidad de morir. Incluso ejercitarte moderadamente reducía el riesgo. Cualquier esfuerzo ayuda, y tu cuerpo lo irá agradeciendo.
