El día después de una noche en la ciudad puede ser brutal: dolores de cabeza, náuseas y la sensación de que tu lengua ha sido utilizada como alfombra, pero para algunas personas esos síntomas y otras pueden golpear después de una dosis mucho menor de alcohol.
PUBLICIDAD
La intolerancia al alcohol no es una alergia en el sentido más estricto, dicen los expertos médicos; en cambio, a menudo es un problema con el procesamiento del alcohol en el sistema digestivo del cuerpo.
En las personas con intolerancia al alcohol, este no se convierte en algo inofensivo; en cambio, se queda en el cuerpo y causa reacciones tóxicas como enrojecimiento de la piel y náuseas. El doctor Benjamin Voight dice que el gen responsable de esto se conoce como ALDH2, y que las mutaciones de este gen parecen estar directamente relacionadas con la intolerancia.
Las pruebas de intolerancia al alcohol pueden aislar si no puede digerir el alcohol en sí o si es realmente alérgico a algunos de sus componentes, como la levadura en la cerveza o los aditivos en el whisky, lo que es más probable.
PUBLICIDAD
Si eres intolerante, la genética es la culpable, y no hay mucho que puedas hacer al respecto, aparte de regular tu consumo en una noche de copas con los amigos.