El cuerpo humano es una especie de libro abierto y con un índice para entender cada una de sus partes complejas. Los expertos en neurociencia y psicología aseguran que una vez que entiendes tu cuerpo, el 99% de tus sufrimientos desaparecerán de la manera más rápida y sencilla.
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Igualmente es cuerpo es una creación perfecta hecha por Dios o un ser superior fuera de este planeta, según tus creencias; pero la realidad es cuando se encuentra mal este nos comienza a enviar algunas señales para reparar ese problema.
Es por eso que en esta oportunidad te revelamos cuáles son los dolores más frecuentes en nuestro organismo y que carencia de amor o afecto es lo que refleja:
Dolor de garganta
La garganta se cierra por el dolor y la tristeza. Lo ideal es cantar con alegría, entonando notas que alegren el corazón para que devuelvan la vitalidad y energía.
Dolor en el pecho
Si no sufres del corazón, el pecho a veces duele por desamor, por decepciones y no ser correspondido. El remedio ideal es dar un abrazo fuerte a las personas que más aprecias. Tienes que decidir aceptarte y amarte tal cual como eres.
Dolor en el estómago
Si te duele constantemente el estómago es un fiel reflejo que aguardas mucho rencor y amargura, resentimiento hacia alguien. Cuando esto sucede, tienes que nutrir tu cuerpo con perdón y soltar todo se resentimiento hablando con la persona que te molesta.
Dolor en las manos
Dolor en las manos reflejan problemas con familiares y ataduras con el pasado. Debes decidir y soltar todo aquello que te da trabajo sostener. Las manos deben estar limpias y sin ataduras, recordando que nada nos llevaremos a la otra vida.
Dolor en las rodillas
Eso refleja falta de amor y alegría en la vida. Si sufres este mal el mejor remedio es mantener un corazón desde la humildad, la gratitud, la fe y esperanza. Debes poner todos tus pensamientos en Dios quien de manera milagrosa te levantará cada vez que caigas, sientas tristeza o te derrumbes.
Dolor de espalda
Este mal es un claro síntoma de cansancio y estrés. Debes relajarte más, de estresarte, libérate de juicios o críticas de terceras personas y a pesar de los errores camina erguida y con la frente en alto.