Cuando se piensa en un divorcio, usualmente se relaciona con el fracaso, con la idea de que dos personas no pudieron hacer funcionar una relación, es por eso que para la mayoría de las personas es un tema tabú y para quienes atraviesan por esa situación el hecho conlleva una sensación de vergüenza que buscan dejar atrás lo más rápido posible, sin embargo la realidad de los divorcios en las relaciones es muy distinto.
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Para el especialista en terapia familia y de pareja Hal Runkel, el divorcio de una pareja no es un fracaso, es una decisión madura que permite a ambas personas continuar creciendo.
Runkel explicó en una entrevista para Business Insider que el matrimonio está diseñado para hacerte crecer, expone la inmadurez de las personas y su egocentrismo, eso es bueno para las personas por que les permite ver sus defectos y trabajar en ellos, sin embargo mientras las personas continúan desarrollándose pueden llegar a cambiar tanto que llegan a darse cuenta de que el matrimonio ya no los ayuda a construir la vida que quieren.

En este caso el divorcio significa que una o ambas partes tuvieron la madurez para darse cuenta de que existía un problema y decidieron cambiarlo por el beneficio de ambos, lejos de ser un fracaso es una señal de que pudieron enfrentarse a un cambio para mejorar su vida.
Esto no significa que crecer sea sinónimo del final de todas las relaciones, ya que algunas personas logran continuar creciendo de manera personal mientras se mantienen en su relación pero esto depende de la historia personal de cada uno. Mientras las personas más acostumbradas al cambio son capaces de manejarlo sin que esto afecte su relación, para algunos implica concentrarse más en sí mismos para lograr una estabilidad emocional.
