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Así es como puedes salir de una crisis existencial

Todos hemos caído en algún punto en una crisis existencial

Somos una generación criada para creer que somos los más especiales, que nuestro trabajo no solo debe satisfacer, sino motivar, que no sólo debemos ser capaces de pagar facturas sino además, darnos gustos porque sí. Estamos condicionados a que no sólo debemos ayudar al mundo, sino cambiarlo. Pero eso es lo que nos lleva a tener una llamada «crisis existencial».

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Y es que cuando estamos sometidos a tantos estándares y expectativas de la vida, es fácil sufrir de un ataque de ansiedad al de pronto sentir que no sabemos el camino que debemos seguir en la vida. De pronto, puede que no visualices un futuro en lo que estás haciendo ahora pero tampoco encuentras qué hacer o cómo hacerlo y puede resultar mentalmente muy agotador.

La crisis existencial viene sentimientos intensos de malestar psicológico, donde te preguntas cuál es el propósito de tu vida. Te despiertas, vas al trabajo, vas al gimnasio y regresas a casa para dormir y repetir el ciclo. Con frecuencia te preguntas a ti misma si naciste para lo que estás haciendo, si es lo que deberías estar haciendo o si es lo que imaginaste que tendrías cuando eras más pequeña.

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Por ello, puede decirse que una crisis existencial es, básicamente, una crisis de identidad, cuando todo lo que pensabas estaba bajo control, de pronto deja de estarlo y comienzas a pensar en darle un giro a tu vida. 

crisis existencial

 

Y sí, es posible darle ese giro de 180º pero paso a paso. Responde una pregunta a la vez, modifica una rutina a la vez y piensa una idea  a la vez. No te apresures a cambiar todo de la noche a la mañana o lo que hagas no le dará el valor necesario a tu vida. En el fondo, la clave para salir de una crisis está en llenar de significado las acciones que realizamos para lograr una vida plena y con sentido.

Evolucionar es parte de la vida y no hay un momento exacto para hacerlo (no por nada vienen las llamadas crisis del cuarto de siglo, crisis de los 30, de los 40 o los 50) y en cada etapa te cuestionas diferentes cosas.

Tranquila; nada dura para siempre y todo tiene su razón de ser. Permítete sentir, dudar, cuestionar y conocer tus claro oscuros para poder replantearte qué es lo que realmente quieres. Este es un momento para renovar, reinventar y transformar tu vida.

Toma un tiempo para estar contigo y escúchate

No niegues ni reprimas lo que estás pensando o sintiendo. En este momento, nadie más que tú puede ayudarte a salir. Sólo tú puede decidir cómo quieres vivir.

Sal de la rutina

Con el ritmo de vida que llevamos, parece imposible salir de la rutina pero ésta provoca que vivamos atados como marionetas. Despertamos a la misma hora, vemos a las mismas personas, pasamos por los mismos lugares… todo se vuelve un ciclo. Cambia poco a poco una cosa, ya sea la hora a la que te levantas o el desayuno de la mañana. Puede que ser que decidas despertar más temprano y ponerte a hacer ejercicios de respiración en lugar de abrir los ojos para correr hacia el trabajo. Date un tiempo para preparar un nuevo desayuno o para tomar una nueva ruta. te ayudará a cambiar tu perspectiva y aclarar lo que quieres.

ansiedad

Date un tiempo para ti

Con la rutina terminamos enfocándonos en lo económico y lo social que nos olvidamos de encontrar nuestra paz mental. Nuestro cuerpo se pone tieso y nuestra mente cuadrada lo cual no te permite ver más allá de lo que estás viviendo o hacia dónde quieres ir. ¿La solución? Date un tiempo para ti y conectar con tu interior. Haz algo que te guste o descubre algo nuevo. No dejes de lado las cosas que te hacen feliz por estar pegada a lo de siempre. Experimenta y date un gusto de vez en cuando, aunque sea pequeño.

Haz ejercicio

La actividad física te ayudará a mover el cuerpo y deshacerte de toda la energía que esté estancada. No tienes que estar horas en un gimnasio, basta con que salgas a caminar o a bailar. Además de distraer la mente, el ejercicio libera endorfinas, hormona de la felicidad que te hará sentir mayor satisfacción y tranquilidad. El ejercicio hará que liberes todas las tensiones físicas y mentales. Escucha a tu cuerpo  .

Pide ayuda

No tengas miedo en pedir ayuda. Nadie te va a juzgar porque todos atravesamos por lo mismo. Quizá tu familia o alguien cercano pueda ser el mejor consejero pero a veces puedes recurrir a un profesional de la salud mental. Recuerda que no estás sola y muchas personas te aman y están dispuestas a ayudarte a ser feliz.

 

 

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