La palabra «egoísta» siempre ha tenido un significado negativo. Si eres egoísta, significa que te pones primero, que no te preocupas por nadie más que por ti misma. ¿Pero eso es realmente malo? No, al contrario, es necesario.
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Ser egoísta no significa dañar o descuidar a los demás; significa ser capaz de identificar lo que necesitas y deseas para vivir una vida feliz, significativa y plena. El egoísmo te permite seguir el camino que te llena, que puede ser diferente a lo que los demás esperaban para ti.
Ser egoísta significa saber quién eres como persona y qué necesitas, tomarte el tiempo para hacer las cosas que quieres hacer. Significa no cambiar tus planes, tus pensamientos, tus palabras, tus acciones, tú mismo por el bien de otra persona.
Siempre hay un punto en nuestras vidas en el que necesitamos hacer una pausa a la presión social que el mundo ejerce sobre nosotras Cuando sigues los estándares de los demás, el qué dirán y lo «socialmente correcto», la vida se vuelve abrumadora. De pronto te dan ganas de dejarlo todo y salir corriendo, ¿sabes por qué? Porque estás haciendo las cosas para las personas que te rodean, no para ti.
Por eso, es momento de ponerte primero, de reflejar quién eres sin caer en ningún estereotipo específico. El amor propio lo es todo. Te da la libertad de disfrutar de las cosas que te hacen sentir completa. Has hecho mucho por otros pero ahora es momento de hacer algo por ti.
Deja de contenerte y haz lo que hará feliz a tu alma. Ya sabes lo que está bien y lo qué no, así que no te detengas en lo que dirá la gente. No necesitas su validación, es tu vida y no hay nada más gratificante que el amor propio.
Sé tu prioridad. Cuida de tu salud física, mental y emocional. Saca a las personas tóxicas de tu vida, no dejes que se aprovechen de tu buen corazón. Ten la fuerza suficiente para dejar ir, para seguir adelante y sobretodo para deshacerte de todo el peso que has cargado durante tanto tiempo.
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Crea una vida significativa de la que puedas estar orgullosa. Nunca dejes que nadie se interponga en el camino de tus metas en la vida. Más importante aún, nunca renuncies a tus pasiones y tus sueños. No pierdas el tiempo en personas que no creen en ti. No necesitas a nadie así en tu vida. Rodéate solo de personas que te animen e inspiren pero sigue tu propio camino siempre.