El aumento de peso en las fiestas puede parecer inevitable dado que a menudo hacemos una pausa en nuestros hábitos saludables hasta enero. Pero tener una estrategia para evitarlo podría inclinar la balanza a su favor, no solo en el año nuevo, sino en el transcurso de su vida.
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La nutricionista Samantha Cassetty ofrece cuatro consejos para evitar una subida exagerada de peso durante la época navideña:
Sigue moviéndote: el ejercicio tiene una serie de beneficios mentales y físicos, y la ciencia sugiere que puede contrarrestar algunos de los efectos metabólicos de comer en exceso, incluso si no elimina todas las calorías adicionales que consume, así que tome un amigo y salga a caminar rápido o haga una cita semanal para asistir a un gimnasio. Si no puede reunirse en persona, haga un chequeo virtual para animarse mutuamente a mantenerse en movimiento.
Evita los derroches: lo más probable es que no te gusten todos los alimentos de las fiestas, así que considera cuáles valen la pena para ti. En otras palabras, está bien tener una favorita o dos entre el puré de papas, el relleno, las tartas, el pastel de frutas, el ponche de huevo, las galletas de jengibre y otras comidas navideñas, pero decide cuáles merecen un lugar en tu plato y disfrútalos con atención.
No cuides tus calorías: Es común tratar de comer a la ligera en un esfuerzo por ahorrar calorías para la comida festiva, pero este plan puede ser contraproducente rápidamente porque cuando no tiene hambre, es difícil mantener el control de sus opciones de alimentos. En lugar de comer ultra liviano o incluso en ayunas, intenta tomar un desayuno o brunch tarde pero satisfactorio. Debido a que las comidas navideñas tienden a ser tempranas, es posible que no necesite comer en su horario normal, por lo que un brunch significativo podría ser suficiente para mantenerlo contento y con energía hasta que llegue al plato principal.
Bebe sabiamente: el alcohol puede debilitar tus inhibiciones, por lo que es posible que un par de copas pudieran incitarte a querer comer de más. Más allá de eso, el alcohol puede interrumpir tu sueño (lo que puede afectar tu apetito y la elección de alimentos), y le deja con un recordatorio al día siguiente (hola, resaca) que también podría influir en su elección de alimentos.