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Esto es lo que pasa en la mente de una persona que piensa siempre “lo peor”

La mente de una persona fatalista va más allá de ser siempre negativa

Seguramente en algún momento de la vida has estado cerca de alguien que siempre añade un comentario negativo a la conversación. Alguien que no puede dejar de pensar en todas las fatalidades detrás del plan que armaste para el viernes en la noche, que siempre dice «no puedo» o que hace creer que su intención es sabotear cualquier situación positiva. ¿Te has puesto a pensar lo que ocurre en cabeza?

Una persona negativa es más que «peros» y «nos». Su mente puede crear los pensamientos más catastróficos y pesimistas en torno a una situación que para otros es simple o insignificante. Por ejemplo, una mancha en su cara puede convertirse en un tumor canceroso o un vuelo puede convertirse en la posibilidad de accidente aéreo.

Estos ejemplos de pensamiento catastrófico pueden parecer extremos, incluso tontos. Pero esta situación se convierte en una verdadera pesadilla para quien la vive y desencadena un estado de cosas desagradables o dolorosas.

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Es una especie de aprehensión emocional que aumenta la hormona del estrés cortisol y reduce nuestra capacidad de reaccionar de manera efectiva. No es fácil ser esa persona ni tratar con este tipo de pensamientos, pero más allá de «alejarse» es importante entender las razones de su negatividad, sobretodo si es alguien cercano a quien amas.

Toda negatividad tiene sus raíces en el temor de que los demás no nos respeten, el temor de no ser amado por los demás y el temor de que «cosas malas» vayan a suceder. Estos temores se alimentan mutuamente para alimentar la creencia de que «el mundo es un lugar peligroso y la gente en general es mala».

Tiene sentido que alguien con estos temores sea reacio a asumir riesgos, incluso sabiendo que son necesarios para aprender y crecer. También es fácil ver por qué a las personas con estos temores les resultaría difícil confiar en otras personas. Pero a veces es imposible evitarlo.

Su negatividad es un grito de ayuda disimulado. Por supuesto, las personas negativas no se hacen ningún favor al ser necesitadas y controladas; tendrían mucho más éxito en obtener el respeto, el amor y el control que anhelan si se dieran cuenta de lo auto destructivo que puede ser.

Si eres tú la que está atravesando por esta sensación de ansiedad y miedo ante las situaciones de la vida, es momento de hacer un cambio. Lo importante es que te des cuenta cuándo es que surgen estos pensamientos catastróficos para que puedas recuperar el control, desafiándolos. Por ejemplo, si te sientas insegura de algo, pregúntate qué ganas y qué pierdes si fallas. ¿Eres realmente una «perdedora» si no alcanzas cierto éxito? ¡Por supuesto que no! Nadie tiene que ser perfecto.

Cada que puedas, desafía tus creencias y pensamientos, reemplazándolos por otros más positivos y realistas. Cuando comienzas a confrontar tus puntos de vista negativos, puedes comenzar a notar cuántos de ellos no son verdaderos en tu vida. En lugar de asumir lo peor, puedes pensar que te sientes decepcionada por no haber logrado un determinado objetivo, pero acepta que estás aprendiendo y creciendo a partir de tus errores.

El desarrollo de nuevas creencias y formas de pensar requiere de un enorme esfuerzo adicional y consistencia de tu parte. Pero debes enfrentar tus temores y cambiarlos a formas más alentadoras y  empoderadoras. ¡Con el tiempo, verás que puedes tomar el control sin pensarlo!

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