Un estudio de 25 años, publicado en The Lancet Public Health, pone en duda la nada saludable modalidad de restringir los carbohidratos, así como también comer demasiados. Ciertamente, nos encantan los extremos cuando se trata de comida, pero la imagen general es una que ya se habría mencionado: el equilibrio es la clave.
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Sara Seidelmann, de la División de Medicina Cardiovascular del Hospital Brigham and Women’s de Boston, y sus colegas estudiaron a más de 15,400 estadounidenses durante un cuarto de siglo para comprender mejor cómo sus elecciones dietéticas afectaron las tasas de mortalidad.
Descubrieron que las personas que consumen un nivel moderado de carbohidratos (50-55 por ciento) a los 50 años pueden esperar agregar otros 33 años a sus vidas. Por el contrario, los consumidores con una ingesta alta de carbohidratos (> 70 por ciento) vivieron otros 32 años en promedio, mientras que los que consumían menos carbohidratos ( Este no es el único estudio que confirma estos datos, como escriben los investigadores “Estos hallazgos reflejan una relación en forma de U entre la ingesta de carbohidratos y la mortalidad, y fueron corroborados por datos de otras cohortes de América del Norte, Europa, Asia y multinacionales, combinados como parte de un metanálisis”.
El equipo descubrió que la ingesta excesiva de carne y lácteos también acorta vidas. Especulan que esto se debe a la disminución de la ingesta de frutas y verduras; se ha demostrado que el aumento de productos lácteos y carne agrava nuestros sistemas de inflamación y estrés oxidativo.
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