Un grupo de científicos de la Universidad de Massachusetts Lowell ha confirmado recientemente que el Omega 3 surte un efecto tranquilizante natural.
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Lo ácidos grasos Omega 3 se encuentran en muchos de los alimentos que consumimos a diario, como por ejemplo el pescado y algunos aceites como los presentes en las nueces y frutos secos.
Este elemento que ha sido objeto de estudio en los últimos tiempos por sus completas propiedades y aporte nutricional. Se ha comprobado que puede ayudar a prolongar la vida e incluso es un aliado para combatir el cáncer.
En esta investigación reciente, se ha confirmado que el elemento también tiene efectos sobre la salud mental.
Los investigadores estadounidenses estudiaron cómo el consumo prolongado de Omega 3 influye en la conducta de niños y como puede afectar las relaciones interpersonales con sus padres.
La interesante investigación demostró que el Omega 3 reduce los niveles de agresión en la conducta de los niños. Por si fuera poco, uno de los datos más interesantes es que disminuye el nivel de tensión psicológica en los adultos que interactúan con niños.
«Los hallazgos sugieren que mejorar el comportamiento infantil a través de la administración de suplementos Omega 3 podría tener beneficios a largo plazo para el sistema familiar en general», concluyeron los científicos.