Para algunas el coito puede ser una experiencia súper placentera durante el acto sexual. Pero otras mujeres puede ser una completa pesadilla en cada acto sexual. ¿La razón? Si es tu caso, entonces puedes sufrir de dispareunia o “coito doloroso”.
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Beatriz Espina, pedagoga, orientadora de conducta y experta en sexualidad, asegura que la “dispareunia es una trastorno asociado al dolor al coito (la diferencia del vaginismo es que en la dispareunia no hay contracción involuntaria de los músculos internos de la vagina y si se puede la penetración), pero con dolor. Un dolor durante el coito y después también”.
Agrega la experta, en su cuenta en Instagram, que
“La mayoría de las causas de la dispareunia son por factores ginecológicos (útero retrógrado o quistes de Ovario, endometriosis entre otras), por eso es bueno ir al ginecólogo primero”.
“Si una mujer acude al ginecólogo y todo está bien en relación a su salud y aún así persiste el dolor durante el coito, entonces estamos hablando de una dispareunia que muchas veces es causada cuando la mujer no se siente satisfecha con su verdadero placer, relajada o presenta miedo sexual que no le permite el placer. Entonces, sin darse, cuenta su vagina se estresa y la musculatura perivaginal permite la penetración, pero con un nivel de tensión en dichos músculos tan enorme que causa dolor”, destacó Espina.
La orientadora de conducta te ofrece una serie de consejos para superar este problema:
- Primero, acuda al ginecólogo y descarte
- Hable con su pareja en relación a lo que siente sin miedo
- Haga práctica del acto sexual sin coito por unas dos semanas (el sexo no siempre incluye la penetración)
- Involucren en la intimidad más Besos, juego previo, música de relajación
- Debes auto ejercitar tu vagina con juguetes sexuales pequeños e ir relajando poco a poco
- Debes también acudir a terapia sexual
- Sería fenomenal que practiques la técnica de “sentir y no pensar” que te dejes llevar por el placer y sueltes los miedos o tensiones
- Usa lubricantes de temperatura
- Libera un poco tus miedos, trabaja tu mente como el primer órgano sexual