La eyaculación es un término que solemos asociarlo a los hombres. Por costumbre y, muchas veces, por falta de información lo hemos relacionado con el proceso por el que pasan los hombres cuando están teniendo relaciones sexuales. Cuando eyaculan es porque ya han cumplido su cuota.
PUBLICIDAD
Pero nosotras las mujeres también eyaculamos. Es un proceso que no todas hemos experimentado, pero sí es posible. Al conocer nuestro cuerpo y saber exactamente lo que nos gusta y lo que no, lo que nos excita y que podemos lograr sensaciones maravillosas que nos harán disfrutar cada vez más el acto sexual o un rato íntimo con nosotras mismas.
Para algunas no es algo que se logra fácilmente, tampoco debemos compararlo con el proceso de los hombres. Además que debemos documentarnos muy bien porque existen muchos mitos alrededor de esta reacción en el cuerpo de las mujeres.
Hoy vamos a ampliar nuestro conocimiento en cuando a la eyaculación femenina.
Eyaculación femenina, ¿en qué consiste?
El proceso consiste en expulsar de la vagina un líquido parecido a la orina, éste sale con suficiente fuerza desde el interior para hacerse notar.
Este fluido es de color blanco y es producido en el punto G de cada mujer que gracias al buen funcionamiento de las glándulas de Skene es expulsado.
Se han realizado muchos estudios al respecto, algunos sexólogos afirman que no es necesario lograr el orgasmo para que suceda la eyaculación. Algunas mujeres primero experimentan la eyaculación y luego son capaces de disfrutar un buen orgasmo. Otras, quizás, han podido experimentar al mismo tiempo ambas sensaciones.
PUBLICIDAD
Logra la eyaculación con estos sencillos pasos:
Estimula el clítoris. Busca la manera más agradable y cómoda para ti. Puedes hacerlo tú misma o invitar a tu pareja a que lo haga con sus manos, su miembro o su boca.
Luego de disfrutar algunos orgasmos mientras estimulas el clítoris debes seguir buscando tu punto G. Introduce tu dedo hacia arriba en tu vagina. Si está experimentando con tu pareja, puede ser su dedo medio o indice.
El punto G lo reconocerás por su textura. Es una zona rugosa e hinchada que esta detrás del hueso púbico. Puedes estimularlo con movimientos circulares y rítmicos que puedes ir aumentando con presión y velocidad hasta ir provocando una reaccione en tu cuerpo.
Un factor que te ayudará a determinar que vas por buen camino son las ganas de orinar, si esto sucede, lo estás haciendo bien. Es momento de concentrarse y disfrutar. Aunque ojo, no siempre sucede así, cada cuerpo es diferente.
Una vez que sientas estas ganas de orinar, no te contengas. Cuando te concentras en conseguir disfrutar de la eyaculación vas a querer repetirlo una y otra vez.
Lo ideal es que tú conozcas primero tu cuerpo. Poder tocar, experimentar y disfrutar primero te va a ayudar a determinar con mucha certeza qué te gusta y qué no. Experimentar nuevas sensaciones con tu pareja es divertido y muy enriquecedor para la relación, pero recuerda que primero debes conocerte muy bien para que puedas guiarlo y cada vez sus encuentros íntimos sean mejores.