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Guía de invierno para la mujer friolenta, escrita por una asmática

Brace yourselves, ladies.

Los vientos de invierno ya están pegando fuerte en Santiago, pese a que aún es otoño ¿Qué te crees, calentamiento global? Y yo estoy, por supuesto, muerta de frío, porque hasta en verano se me congelan los pies y soy asmática, así que me miran y me enfermo.

Como si fuera poco, con este tiempo me dan ganas de encerrarme en mi casa a llorar abrigarme mucho, comer y meterme en mi cama a revolcarme con mi escaldasono. Pero no puedo.

Ya que soy una mujer trabajadora, digna y responsable, no me quiero dejar pasar a llevar por el frío, pero al mismo tiempo odio los pantalones largos y todo lo que se les relacione. Además, tengo una pequeña (pequeeeeña) obsesión con las pantys, tengo muchas pero en invierno no me atrevía a usarlas.

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Hasta ahora.

Hace unos días, en mi cuenta de Twitter pregunté a mis amigas regias cómo lo hacían para andar con pantys en invierno y no morir congeladas, resfriadas o en el limbo ridículo de simplemente sentir agujas mientras caminas por la calle:

Rápidamente, muchas heroínas de la moda saltaron a aconsejarme: pantys de polar, de lana, de cachemira, algodón, polainas, etc. y encima las pantys bonitas que quisiera ponerme. Probé dos técnicas que me parecían bien y tengo varios comentarios al respecto. Pueden ver la cadena completa haciendo clic en la fecha y hora de mi tuit, para que vean todo lo que me aconsejaron.

Polar + Panty bonita

Varias saltaron a aconsejarme que me pusiera unas calzas de polar y encima unas más bonitas. Como verán en la foto, mis pantys con glitter son lo mejor que me ha pasado en mi vida.

Yays:

  1. No se pasa frío en las piernas: básicamente estaba tan cómoda bajo el calor del polar que nada podía vencerme.
  2. Es muy cómodo: al parecer el polar hace que la panty no te estrangule la pierna, por lo cual no recomendaría esta técnica con pantys muy apretadas, porque la posibilidad de que se rompan es alta.
  3. Económicas: no sé ustedes, pero las calzas de polar aparecen en mis cajones por generación espontánea (gracias mamá).

Nays:

  1. Se ve la pierna muy gruesa: me estresaba un poco verme una especie de pernil donde normalmente están las patas de un canario.
  2. Los pies quedan más desprotegidos: al ser calzas, no llegan hasta donde las papas queman y de repente se suben y se nota que hay algo más grueso que la panty (como se ve en la foto, rayos).
  3. La calza color piel es más difíciles de encontrar: si tus pantys son todas negras, genial, pero para alguien que usa colores verde agua, mostaza y fucsia, les aseguro que es un dolor no poder usarlas. Si sabes dónde venden calzas de polar color piel, coméntame.

Panty denier 70 + Panty bonita

En un momento donde pensé que me iba a resignar al polar y a subir una talla de pantalón en mi imaginación de canario, vino esta serie de tuits que parecen salvarme la vida:

 

Y luego, me añaden este importante y salvador dato:

Con esta información en mano, partí a una tienda de esas chilenas-donde-venden-pantys-que-no-mencionaré y pregunté por la dichosa denier sobre 70 (denier es el nivel de ‘densidad’ del material) y la vendedora me dijo amablemente que no la comprara, porque las denier 70 las compran las azafatas y las mujeres con várices. Estuve a punto de responderle que en ciertas aerolíneas igual contratan a azafatas que miden menos de 1.60, pero preferí convencerla de que esto era lo que andaba buscando porque soy un polluelo helado.

Me fui con mi bolsa de compras, ansiosísima por usar mis denier 70 y poder lucir todas mis pantys preciosas del mall chino y derrotar a la dictadura de los pantalones. Así que lo intenté.

Yays:

  1. Efectivamente, estoy abrigada: usando esta panty doble la verdad no paso frío y hasta el viento helado se siente bien. Es increíble.
  2. No soy un pernil: no siento estar con una carga de ropa insoportable. Ah, y un mensaje para la vendedora: si bien no soy azafata, ya tengo unas mini-proto-várices 🙁
  3. Duran muchísimo: según lo que me cuenta mi santa madre, estas pantys pueden durarte años si las cuidas como corresponden, y no se llenan de motas como las de polar. Además, tienen la entrepierna demarcada con un cuadrito de algodón, lo cual te cuida más de la humedad y hace la panty más resistente (consejo: usen calzones de algodón si se abrigan mucho para evitar la humedad).

Nays:

  1. Es más cara: comparado con mis calzas de polar de mil pesos, una panty denier 70+ de diez mil pesos chilenos puede ser una fortuna. No apto para bolsillos universitarios no-burgueses.
  2. A ratos, temo que se me corte la circulación: si no me pongo bien la panty o estoy sentada mucho rato de la misma forma, siento que me estrangula un poco.

Raya pa la suma, como es más práctico para mí y para las cosas que uso, me estoy quedando con la denier 70. No obstante, cuando use pantys oscuras, me iré por el lado del polar, aunque es mucho más incómodo en mi opinión.

Otros consejos

ESTO ES IMPORTANTE: si eres una mujer friolenta como yo, esta lección te servirá de por vida. Yo no puedo usar zapatos delgados en invierno, porque se me enfrían mucho los pies y eso me congela todo el cuerpo y me puede dar hasta fiebre. Intenta ahorrar o encontrar cosas en oferta, pero si tus pies están calentitos tu cuerpo se irá regulando solo. En serio.

Confiar en el polar y el algodón

En invierno jamás ando con una polera de tela delgada o simplemente una blusa debajo de mis chalecos: en general uso una camiseta de polar, una polera de algodón o algo que me abrigue la espalda. Encima me pongo un chaleco o polerón (no importa qué tan delgado sea) y encima de eso, en lo posible una chaqueta gruesa. En la selfie adjunta no se revela mi truco, pero pueden intuirlo. No quiero parecer un oso, no tanto.

Abrigar las zonas susceptibles al frío

Como buena asmática, prevenir un resfrío es mi causa y mi misión por el resto de mi vida. Así que siempre intento abrigarme el cuello, los pies y mi cabeza (zonas muy débiles de mi cuerpo) para poder estar tranquila y temperada.

También me ayuda tomar bebidas calientes durante el día (me hago una leche o un té caliente que me llevo para tomarme en el camino de mi casa al trabajo, en un mug), tomar mucha agua, comer frutas y pensar positivo (?). Además, evitar los cambios de temperatura fuertes también me es útil, obvio, y me baño de noche para no salir con el pelo mojado en las mañanas.

Lo último: ¿Salir a fiestas? Solo si es un deber o el lugar promete temperaturas cómodas.

¿Conclusión? Para abrigarse y sobrevivir el invierno, señoras mías, no hay que tener kilos de ropa, hay que ser estratégico.

Originalmente publicado en gertiesme.com

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