Si eres de las mujeres que está permanentemente preocupada de los kilos extra y realizas cada dieta nueva que cae en tus manos, este artículo te parecerá, al menos, interesante. Ello porque existen varios alimentos, condimentos y/o granos que te ayudarán a acelerar el metabolismo, que contienen muy bajas calorías o que calmarán tu hambre y, seguro, ni siquiera lo habías imaginado. Te invitamos a sumarlos a tu alimentación, ¡y a probar los resultados!
PUBLICIDAD
DESCUBRE MÁS:
- 5 secretos de la dieta japonesa que te harán sentir fabulosa
- El efectivo método finlandés para superar los obstáculos de la vida
- Frases motivacionales para empezar y terminar bien tu día
Chicle. Si tienes ganas de picar algo, aunque realmente no tengas hambre, prueba masticar un chicle sin azúcar. Te calmará el hambre y te ayudará a comer menos. Si el chicle es de peppermint el efecto será mayor porque el sabor fresco de la menta hará que desaparezca el deseo de comer.
Ají. La capsaicina –sustancia que hace picante a la pimienta de Cayena y los jalapeños, por ejemplo– aumenta los niveles de adrenalina, estimula el metabolismo y calma el apetito. Prueba agregar picante a la pasta, el arroz, las legumbres, las carnes, los pescados y a todo lo que quieras.
Palomitas de maíz caseras. Las cabritas tienen pocas calorías, pero llenan mucho más que otros snacks porque son ricas en fibra. ¿Por qué caseras? Porque no tienen grasas añadidas que aumentan las calorías, y no son precisamente sanas. Eso sí, agrégales solo una pizca de sal ¡y nada de azúcar!
Chía. Úsala en batidos, sándwiches e incluso en el aliño de ensaladas. Las semillas de chía absorben el agua con facilidad y se expanden en el tracto digestivo, aumentando así la sensación de saciedad. Mezcla algunas con un poco de agua y verás cómo forman una especie de pasta. Además tienen un alto contenido en grasas del tipo Omega 3, fibras, proteínas, antioxidantes y calcio.
PUBLICIDAD
Vinagre. Hay estudios que aseguran que un poco de vinagre en las ensaladas puede ayudar a controlar el apetito y a regular los niveles de insulina en la sangre. Además, es una buena forma de agregar un poco de sabor a sopas o carnes asadas sin incrementar las calorías. Prueba también el vinagre de manzana o las infusiones de vinagre.
Espárragos. Son ideales para mantener la línea, ya que son muy diuréticos. Prueba comerlos acompañados de alguna vinagreta o cocinados al vapor, nunca con mayonesa. Agrégales jugo de limón y pimienta, y úsalos como acompañamiento de carnes o pescados.
Café. El café del desayuno es una fuente importante de antioxidantes. Además, algunos estudios sostienen que, incluso el descafeinado, ayuda a inhibir el apetito al hacer que se incrementen los niveles de una hormona asociada a la saciedad. Eso sí, hay dos cosas que vigilar: cuidado con el exceso de leche y azúcar.
Mantequilla de maní. Como la de almendras o nueces, contiene fibra, proteínas y grasas saludables. Es una bomba energética que te ayudará a sentirte saciada, ello porque el cuerpo necesita más tiempo para metabolizar sus nutrientes. Pero asegúrate de consumir una que no contenga azúcares añadidas. De colación puedes combinarla con una manzana. A medida que se digieren sus proteínas, grasas y azúcares simples, se limita el impacto de los carbohidratos en los niveles de azúcar en la sangre.
Comino. No olvides tenerlo entre tus especias. Se ha demostrado que ayuda a reducir peso, mejorando la digestión y reduciendo el colesterol. Es además una excelente fuente de hierro, esencial para transportar oxígeno a los músculos y aumentar los niveles de energía.
Pastas. Buena opción, siempre que sea integral y vigiles la cantidad que comes. La pasta tiene un índice glicémico relativamente bajo, lo que significa que no elevará los niveles de azúcar en la sangre. Evita agregar salsas industriales, más bien haz una casera con tomates y hierbas, baja en calorías y rica en antioxidantes. La cantidad ideal es la que utilizan los italianos: una taza.
Chocolate negro o bitter. Contiene una gran cantidad de antioxidantes que ayudan a prevenir los problemas inflamatorios y sus grasas saludables aceleran la sensación de saciedad. De hecho, 100 gramos al día disminuye el deseo de comer cualquier otro tipo de dulce.
Queso de cabra. Es más bajo en lactosa y contiene más ácidos grasos Omega 3 que el de vaca. 30 gramos proporcionan unos 30 ml de ácido linoleico que, según estudios, ayuda a eliminar la grasa corporal. Además, la grasa del propio queso aumentará la sensación de saciedad en mayor medida que un queso «light». Es ideal para un desayuno, acompañado de huevos.
Sopa de pollo. Las sopas, en general, son las grandes aliadas de las dietas porque cualquier caldo ayuda a perder peso tanto por el volumen que ocupa en el estómago como por ser bajo en calorías. Ahora bien, el de pollo es ideal porque contiene proteínas y verduras. Eso sí, no le agregues fideos ni arroz.
Pimienta negra. Uno de sus componentes, la piperina, ayuda a bloquear la formación de células de grasa. Aunque no se trate de un método infalible para reducir peso, es una buena idea incorporarla a tus comidas como sustitutivo de la sal. Lo ideal es comprarla en en granos y molerla en casa, para mantener intactos sus componentes.
Palta. La amamos por muchas razones, pero en esta caso específico porque contiene 20 nutrientes esenciales –como fibra, ácido fólico, vitamina B, potasio y vitamina E– y porque sus grasas monosaturadas te ayudarán a reducir la sensación de hambre durante más tiempo. En consecuencia, las ganas de picar entre comidas.
Cúrcuma. Conocida como «azafrán de la India» debido a su brillante color amarillo anaranjado, esta raíz es muy conocida por sus efectos antiinflamatorios. Sus cualidades proceden de uno de sus componentes, la curcumina, que ayuda a mitigar problemas digestivos.
Otros alimentos que ayudan a reducir la sensación de hambre o bien saciar con poca cantidad: coco, coliflor, piñones, zapallo italiano, papas, ciruelas pasas, sandía, jengibre.
Una buena recomendación:
Realiza pausas de agua. Las bebidas con azúcares añadidos, los jugos envasados o de sobre, y el alcohol, suman montones de calorías. Para bajar el total, haz pausas de agua (puede ser con gas) y trátala como un refresco: agrega cubos de hielo, rodajas de limón y pepino, por ejemplo. El agua no suma calorías, hidrata y ayuda a calmar el apetito.