Por Monserrat García
¡Mi ropa me queda mejor! No puedo dejar de mencionar esto. Después después de cuatro semanas de compromiso puedo ver cambios visibles en mi físico. Mi gran lección de esta semana fue que todo esfuerzo es equivalente a una compensación y ahora esa es mi principal motivación para seguir.
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¿Recuerdas esos pequeños cambios que hiciste durante las semanas anteriores? Es momento de analizar para saber qué se queda y que se va:
– Si pudiste tomar un vaso más de agua… ¿qué tal otro más?
– Analiza tus hábitos alimenticios, por ejemplo, no hagas una cena muy pesada que arruinará tu actividad física.
-¿Qué te parece si comes una manzana diaria?
– Mírate al espejo, analiza cómo te sientes… ¿no crees que vale la pena seguir esforzándote un poco más?
– Prémiate con un antojo a la semana, y ¡ojo! Nada de excesos, pero quizá ese helado que tanto deseaste, lo tienes bien merecido. 😉
Sin darme cuenta comencé el segundo mes de actividad física y cada vez encuentro más razones por las que quiero y necesito seguir haciendo ejercicio.
Si aún no te decides ¡estás a tiempo de comenzar y hacer un gran cambio en tu vida!
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