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Amor en el siglo XXI: ¿vale la pena enamorarse?

Para que una una relación funcione, es necesario mucho más que sentir mariposas en el estómago.

Por Ericka Michael

¿Por qué será que evadimos tanto la idea de enamorarnos? ¿Será que enamorarse y estar «bien’ nunca van de la mano? ¿Por qué estamos más enfocados en trabajar, estudiar y emprender, dejando de lado la maravillosa experiencia de enamorarse?

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El asunto es mucho más profundo que simplemente «dejar de creer en el amor». Más bien, nos hemos cansado de vivir la idea del amor o el enamoramiento de la misma manera en la que aprendimos hace años atrás. Necesitamos evolucionar en ese aspecto.

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Existen tres conceptos que, aunque pueden estar ligados, no necesariamente dependen uno del otro. Estos son:

– El amor
– El enamoramiento
– Las relaciones

Las relaciones son vínculos, se define así cuando ‘conectamos’ con alguien ya sea de manera natural (familia) o selectiva (amigos, pareja). Podemos tener cientos de relaciones en toda la vida, y no todas se refieren a una pareja. El enamoramiento es un proceso que bien puede durar días o años. El enamoramiento es causa de un estímulo (en este caso, cierta persona) cuyas características nos hacen querer estar siempre a su lado, de la forma que sea posible. Las maneras en que creamos esa permanencia en las personas, eso es una relación. Y finalmente, el amor es, en todo sentido, la definición de lo que hacemos para que esa relación se sostenga, ya sea una relación de familia, de amigos, colegas o pareja.

¿Vale la pena enamorarse? Mi respuesta sería, ¿valdrá la pena evadir enamorarse? ¡No lo creo! El enamoramiento genera en nosotros una gama inmensa de sensaciones, alteración hormonal, químicos funcionando en nuestro cerebro, y muy probablemente e inevitablemente, decepción. ¿Por qué? Porque el enamoramiento no es del todo consciente y le sugerimos a nuestra mente creer que esta persona actuará de la mejor manera en diversas situaciones. Pero olvidamos que nos sentimos enamorados hacia alguien que es completamente imperfecto, y comenzamos a depender de la voluntad del otro para también permanecer en la relación.

¡Enamorarse se siente maravilloso! Vívelo, pero no descanses en el enamoramiento. Para que una relación funcione, necesitarán mucho más que sentir mariposas en el estómago.

*Erika Michael ofrece servicios de mentoría para las relaciones de pareja y conferencias. Es autora del libro «Hablemos de las Relaciones Saludables» y comunicadora en diversos medios de Puerto Rico, como Al Natural Radio y Vamo’ Arriba de Fidelity 95.7fm.

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