La infidelidad sigue siendo un tema tabú y aunque ha existido durante siglos y siglos, las personas todavía tratan de esconder este tipo de acciones para no ser juzgados o mal mirados por los demás.
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Un nuevo estudio del portal Science of Relationships quiso indagar un poco más allá en la infidelidad y construyó la teoría de que la tendencia a ser infiel podría ser heredada.
Para esto, se recopiló información a partir de entrevistas a 300 alumnos universitarios y se les preguntó acerca de su propia experiencia con la infidelidad y la de sus padres.
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Un 30% de los encuestados reconoció haber sido infiel por lo menos una vez en su vida y un 33% afirmó que su madre o su padre también lo había sido, independiente de si seguían casados o no.
Además, de los que aseguraron que uno de sus padres había sido infiel, la tendencia era mayor cuando se referían al padre en comparación con la madre.
La teoría de los investigadores resultó ser cierta: los estudiantes cuyos padres habían habían sido infieles tenían el doble de posibilidades de hacer lo mismo con sus propias parejas (44% vs. un 22%).
Aunque este estudio es un acercamiento a un tema que debe ser más investigado, se concluyó que los hijos de padres que habían sido infieles no necesariamente juzgaban con menos dureza el acto.