Una investigación hecha por el doctor Patrick Y. Jay junto a otros especialistas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, descubrió que las madres que hacen ejercicio de intensidad normal durante el embarazo, pueden ayudar a que sus bebés no desarrollen problemas al corazón.
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Tal como lo señala un artículo publicado ayer en el New York Times, el corazón es uno de los órganos que primero se forma cuando el bebé está en la barriga de la madre, pero por distintas razones, esa formación algunas veces se altera y se producen problemas.
Es por esto que los médicos a cargo de esta investigación se enfocaron en los efectos que algunos hábitos de la madre pueden tener en el feto. En este contexto, analizaron los óvulos de madres jóvenes y mayores, y concluyeron que mientras más edad tenga la madre, mayores son los riesgos de que el bebé pueda nacer con un defecto en el corazón.
Sin embargo, acordaron que si una madre cambia su rutina de ejercicio físico y acelera su metabolismo, las estadísticas podrían mejorar.

Luego de hacer una investigación con ratones de laboratorio, los médicos determinaron que la dieta no es lo más importante, sino que la capacidad que el cuerpo de la madre tiene para metabolizar grasas y azúcares, es decir, el funcionamiento del metabolismo en sí.
La teoría de los médicos es que, a pesar de que la edad de los ovarios y los óvulos no puede cambiar, sí lo pueden hacer algunas funciones del cuerpo.
Una madre de más edad que se ejercita en el embarazo puede, incluso, tener las mismas estadísticas de riesgo de tener bebés con problemas al corazón que una madre mucho más joven.
Obviamente, es muy importante hablar con el médico antes de empezar a hacer ejercicio durante el embarazo. La idea es que el deporte sea beneficioso en esta etapa y no un peligro para la madre o el bebé.