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Vesta Lugg: “Soy rubia, loca, y nunca pido perdón”

Es una de las imprescindibles en eventos y alfombras rojas, pero le carga que la llamen fashionista porque se define como una artista. “Me da rabia que me tilden de ícono de la moda, de socialité. partí a los 7 años modelando. Trabajo desde esa edad sacándome la mugre para ser una artista, y vienen y me tratan de socialité como si en mi vida todo fuera bonito”, se descarga.

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Por Jessica Celis Aburto. Fotografías: Gonzalo Muñoz y Marcelo Hidalgo. Maquillaje: Paulina Peña para M.A.C.

Una pena de amor y sus ganas de libertad, de encontrar su propio camino como artista, llevaron a Vesta Lugg (19) a vivir la mitad del año en Chile y la otra en Canadá, desde que salió del colegio. Fue en ese tiempo que decidió que no se amarraría a nada ni a nadie. De los 10 a los 17 años fue una de las mini-estrellas de la serie BKN, de Mega, y hoy, lejos de esa vitrina, está convertida en un ícono de la moda, a pesar de ella misma. En Instagram la rompe con sus más de 110.000 mil seguidores, a los que suma los más de 37.000 que junta entre Youtube, Twitter y Facebook.

Tenía 3 años y medio cuando llegó desde Canadá a vivir a Chile junto a sus padres –Charles y Bárbara– y su hermano mellizo Bevam. Aprendió castellano e inglés al mismo tiempo, y estudió en el Santiago College. «Mi espíritu gitano fue inyectado por mi papá, ingeniero marítimo, y mi mamá, artista. Luego de 7 años de trabajo en televisión y una educación en colegio estricto, lo único que quería era ser libre. El Santiago College es un colegio maravilloso para deportistas y académicos, pero yo soy artista. Me costó mucho desarrollar lo que era, así que como siempre me gustaron las cámaras, me llevaron a una agencia para probarme como modelo y luego fui a castings y audiciones para indagar en el área artística. Cuando terminé de estudiar le dije a mi papá que me quería ir de la casa a vivir a Toronto, que actualmente es la capital de la industria televisiva en Norteamérica. Él, siendo el hombre inteligente y maravilloso que es, me dijo ‘perfecto, pero te cuidas sola’. A principios de 2013 me fui con los ahorros que gané durante los 7 años de BKN y allá trabajé como vendedora de Victoria’s Secret».

¡Qué aperrada!
Sí. Hay mucha gente que me dice que soy una socialité, pero a mí me carga esa palabra. La gente cree que fui y mi papá me pagó todo. Allá trabajaba ocho horas diarias, seis días a la semana, y vivía en un departamento de uno por uno. Me fichó una agente con la que tuve un contrato que terminó en octubre. Así he pasado dos ciclos, en los que voy y vuelvo cada 6 meses. En el verano hice la película «Blood Sugar Baby», de Igal Weitzman, junto a Carolina Parsons, que ha sido mi primera incursión al cine más serio, luego me fui a Toronto por seis meses y ahora volví. Estoy con varios proyectos interesantes, la mayoría relacionados con moda.

Cuando se fue a Toronto vivió un período muy duro emocionalmente. No conocía a nadie y su corazón estaba maltrecho. «Con 17 años y una carrera –entre comillas– «más sólida» en Chile, igual uno está con el ego un poco inflado. Llegué allá y era una más. Fue muy difícil adaptarme a ser una más. Pasé por un proceso emocional bastante fuerte, pero me encontré conmigo misma. Fue cuando apareció el tema de la moda en mi vida, porque cuando te encuentras, tu seguridad aparece y tu estilo se empieza a definir. Ahora me pongo lo que me da la gana porque me hace feliz, no me importa lo que digan los demás. A Toronto le dicen la ‘olla cultural’, porque llegan personas de todas partes del mundo. Allá nunca vas a ver vestida a una persona igual a otra. Me inspiré un poco en eso para saber quién era yo, y me di cuenta que soy libre, rubia y loca. Cuando me preguntan qué estilo tengo, digo que soy rubia, loca y nunca pido perdón», dice.

O sea llegaste a la moda por una arista de la autoestima, de la identificación.
Sí, creo que la moda está ligada directamente con la autoestima.

¿En qué área te gustaría perfilarte?
Cine y moda. La música está en proceso. Mi EP habla de un proceso de vida personal. Lo compuse con mis compañeros Dany Ride y Kevin Vásquez, que es mi productor musical. Hay una canción que se llama «Estrellas», que es la única en castellano y habla acerca de una época amorosa muy difícil para mí, que fue la que gatilló que me fuera de nuevo a Canadá el año pasado y que hizo que al final no quiera amarrarme a nadie ni a nada.

¿Estás recuperada de esa pena?
Creo que el corazón no se recupera, pero aprende a caminar con las heridas. Fue una enseñanza.

¿Eres enamoradiza o te cuesta engancharte?
Me cuesta. Él ha sido la única persona con la que me he encontrado emocionalmente.

¿Cuánto tiempo pololearon?
No pololeamos, no sirvo para pololear porque es amarrarse a algo que la sociedad te impone.

 

OFICIO v/s TÍTULO UNIVERSITARIO


Chile es un país dónde los títulos y postítulos universitarios son bastante sobrevalorados. Tú eres autodidacta. ¿Qué opinión tienes frente al tema?
Me da risa que lo comentes, porque justo hablé con mi papá sobre esto hace unos días. De todos los nietos de mi familia por parte de él, soy la única que no fue y no va ir a la universidad. Y me siento súper orgullosa. Cuando la gente me pregunta qué estudié o estudio, les digo que soy una aprendiz de la vida. Hay una mirada un poquito en menos hacia mí de parte de las mamás de mis amigas o compañeros de trabajo de mi papá, pero creo que cuando estás segura de tu decisión y cuentas con el apoyo de tu gente, es lo único que te tiene que importar. Mi papá trabaja mucho con gerentes y empresarios, y hace poco lo acompañé a una reunión con un diputado. Fui porque, ¡somos íntimos! El diputado le preguntó qué hacía yo. Mi papá le dijo que era actriz y él le preguntó dónde había estudiado. Su respuesta fue que no había ido a la universidad y que había estudiado en la vida. El diputado dijo «ah, ella no fue a la universidad…». Mi papá con una sonrisa de oreja a oreja le volvió a decir que no. En ese minuto uno se da cuenta cuáles son las cosas importantes de la vida: que la gente que tú amas esté orgullosa. Antes de aceptar un proyecto lo leo y lo estudio. Y lo más importante para aceptar es que mis papás estén orgullosos de mí.

Todo lo que has contado dista bastante de lo que uno encuentra en internet sobre ti.
Es que la gente y la prensa no me pregunta sobre esto y no voy a responder algo que no me preguntan.

Tú y Belén Soto son infaltables de todos los eventos de moda y belleza que hay en la capital, y así como tienen muchas seguidoras, también hay otras que las tildan de frívolas.
Es que eso es parte de la pega. Yo necesito marcas que me apoyen en mi producto musical porque soy independiente, y tener una marca es muy relevante, la música es una industria muy cara. Es cara y vivir de ella es muy difícil. Me da rabia que me tilden de ícono de la moda, de socialité. Partí a los 7 años modelando. Trabajo desde esa edad sacándome la mugre para ser una artista, y vienen y me tratan de socialité como si en mi vida fuera todo bonito. Sí, llevo una vida muy «glamorosa» entre comillas, en comparación a otras personas, pero no es porque me cayó del cielo, y en mis redes sociales busco que la gente entienda que no soy un ícono de la moda ni socialité: soy artista. Y el mensaje que quiero dejar a todas esas niñitas que tienen miedo de salir de sus casas con lo que ellas quieran ponerse por temor a que sus compañeros les hagan bullying, es «no enganchen». Si son felices, y tienen una actitud positiva frente a la vida, el resto no importa.

Y en tu preocupación por entregar ese mensaje a tus seguidoras, ¿cómo lo haces para que tomen la moda como una herramienta que puede ayudarlas?
Una productora hace unos días me comentó que le encantaba ver mis videos en Youtube con su hija, porque me mostraba como soy, recién levantada, con la almohada pegada a la cabeza, sin maquillaje y usando para salir a la calle la misma polera que usé para dormir. Yo les digo: ¡es que no me importa! Mi mensaje es transmitir un estilo de vida, y mi estilo de vida es que me he sacado la cresta, y esta soy yo, tal cual como me ven. Porque para llegar a un lugar, ser exitoso en la vida, tienes que ser auténtica. No puedes vender la pomada.

¿Te tienes que cuidar para mantenerte delgada o eres de las que come y come sin engordar?
Tengo mucha tendencia a engordar, pero es mi cuerpo. Todos tenemos cuerpos distintos y tenemos que conocerlos. Yo, por ejemplo, si dejo de hacer deporte una semana empiezo a hincharme. Corro, soy embajadora de Brooks, y dentro de las cosas maravillosas que da la marca a sus embajadoras es una entrenadora, la Pepa. Llegué al running porque era el único deporte que podía hacer cuando estaba en el colegio y en la TV, porque se adaptaba a mis horarios y porque no es en equipo. No puedo hacer deporte en equipo porque me carga que la gente me diga lo que tengo que hacer. En el colegio me costó mucho el tema con mis profesores, porque no podía respetar lo que ellos me decían. Cuando estaba en BKN, y pasé de niña a adulta, mi cuerpo cambió y en el canal me dijeron que estaba más gordita y que tenía que bajar porque me veía más ancha en la televisión. Es parte de la industria, uno se tiene adaptar, y lo hice.

¿Te sentiste presionada?
Sí, claro que sí, pero tampoco me pidieron que dejara de comer. La producción era como una familia y lo entendí así, que me dijeron algo para cuidarme.

Hay niñas que con un escenario así podrían gatillar algún trastorno alimenticio.
Tengo una raíz, unos pilares muy fuertes que son mis padres, y desde el día 1 que empecé a trabajar jamás me dejaron sola. Hasta el día de hoy mi papá es mi manager y mi mamá me asesora en el tema de los contratos. Nunca hubo la posibilidad de que dejara de comer, porque mis papás estaban pendientes de mí todo el día. Mi mamá me hacía los almuerzos para llevar al colegio.

 

FULL MODA
¿Con qué prenda o outfit andas pegada?
Es loco, porque en las mañanas me visto según me siento. Anoche, por ejemplo, comí 4 rolls de sushi, que es de mis comidas favoritas pero son puros carbohidratos y no como muchos. Así que me puse una polera de mi papá con unas Converse de mi mamá, un short rajado y un gorro de hombre, porque es así como me siento.

¿Dónde compras ropa?
Me cuesta encontrar ropa por el tipo de cuerpo que tengo. No compro mucho en Chile. Si lo hago, es en el showroom de Full Tendecias, porque ahí tienen lo que veo afuera. La dueña trae cosas de todo el mundo y las vende acá. Son maravillosas. Viajo mucho, es el lujo que me doy, porque es lo más reconfortante para mí escaparme y me saco la cresta para eso. Tengo alma de gitana, me gusta mucho mantenerme viva con distintas culturas. Si no vemos el mundo que hay afuera, finalmente es un impacto negativo para nosotros.

¿Qué hay por montones en tu clóset?
Camisas a cuadrillé y de todos lados: de marca hasta de la ropa usada. Las uso para todo, incluso para ir a galas.

¿Y que no habrá nunca?
Tengo un drama con una prenda que se usa mucho hoy: las patas o leggins. Todas las niñitas las usan como pantalones, ¡y las patas no son pantalones! Es tela, y se te ve todo, amiga. Yo tengo unas patas negras que uso para vestir, pero me las pongo con chalecos largos, que me tapan el poto. Amiga mía, ¡tiene que taparse el poto si usa calzas! (risas)

¿Qué blogs sigues?
Manrepeller y Theblondesalad.

¿Hay mujeres que admires por su estilo?
Sarah Jessica Parker. De cabra chica veía Sex & The City con mi mamá y ella me inspiró a usar tutús, como sale en la presentación de la serie.

¿Y de Chile?
La Maca Jiménez, que es la brandmanager de H&M en Chile, es una de las pocas mujeres chilenas que logra ser transparente y vanguardista. La admiro mucho. Ella se llama Twin Birds en la redes sociales y tiene un blog, es una fashion blogger. Les dejo el dato.

¿Cómo ves a las chilenas?
Miedosas e inseguras, pero creo que están evolucionando. Este año se instaló la moda como algo relevante para las chilenas, con todo el tema de los eventos sociales, el Santiago Fashion Week. Estoy segura que de aquí a 5 años, Santiago de Chile será la capital de la moda latinoamericana, junto a Sao Paulo. Creo que la industria de la moda se está construyendo.

¿Qué no puede faltar en un clóset?
No creo que existan prendas imprescindibles. Todas somos distintas y lo que aconsejo es que atrevan, encuentren su identidad y experimenten.

Has dicho que has rechazado proyectos en Chile por irte a Canadá. ¿Quieres un futuro allá?
Es que uno tiene que rechazar cosas, no puede aceptar todo. Tengo una maravillosa capacidad de filtro. Soy muy calculadora y me siento con mi equipo a evaluar las consecuencias positivas frente a las negativas. Si las negativas pesan, no voy a hacer el proyecto. En este minuto estoy muy abierta a lo que venga. Me adapto súper fácil, y como se terminó el contrato con mi agente en Toronto, soy libre, y eso me tiene feliz.

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