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Estudio: Niños de zonas extremas del país y mujeres adolescentes, tienen mayor riesgo cardiovascular

Un análisis de los datos aportados por el Simce de Educación Física 2011 reveló que las niñas tienen una prevalencia significativamente mayor de indicadores físicos no saludables que los niños, mientras que en general, el mal estado físico se concentra en alumnos del norte y Aysén.

 

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En los adolescentes, una baja capacidad cardiorrespiratoria y bajo estado musculo esquelético están relacionados con un alto riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y síndrome metabólico. Sin embargo, a pesar de la fuerte evidencia que asocia el mal estado físico en los jóvenes con enfermedades crónicas no transmisibles, el 80% de los adolescentes en el mundo no cumple con la actividad física recomendada.

 

Chile no es la excepción a esta tendencia mundial según concluye el Dr. Marcelo Sajuria, traumatólogo experto en Medicina Deportiva y Artroscopía, y uno de los asesores de esta prueba Simce, quien recogió los indicadores arrojados por el examen 2011 para determinar el riesgo de salud de los alumnos de 8vo básico.

 

El estudio, titulado «Variacióngeográfica en relación con la saludfísica y Composición Corporalentre alumnos de octavo básico en Chile», reveló que, en general, los adolescentes chilenos tienen malos indicadores en 4 factores predictores de enfermedades crónicas no transmisibles: Capacidad cardiorrespiratoria, estado del sistema musculo-esquelético, circunferencia de cintura e índice de masa corporal.

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Además, el estudio reveló que las niñas tienen una prevalencia significativamente mayor de indicadores no saludables que los niños: Mientras que el 26% de los niños tiene un índice de capacidad cardiorrespiratoria no saludable, en las mujeres este factor alcanza el 55%. Una diferencia similar se observa en el índice de Masa Corporal, con el 29% de niños con indicadores poco saludables y 44% de niñas en situación de riesgo.

 

La capacidad músculo- esquelética también fue insatisfactoria en ambos géneros, aunque en los niños el 29% presenta indicadores poco saludables y las niñas 35%.

Además, se registró una mayor prevalencia de estado físico poco saludable en las regiones del norte de Chile y Aysén, mientras que en la Región Metropolitana el peor estado físico se registra en la zona surponiente y norte.

«5 de cada 10 niños y 6 de cada 10 niñas se encuentran en un riesgo de salud creciente para al menos uno de los factores de estado físico: Capacidad cardiorrespiratoria, capacidad muscular y esquelética, índice de masa corporal o circunferencia de cintura. Además, un 5% de niños y un 6.7% de niñas tuvieron malos indicadores en los cuatro factores medidos, estando en un altísimo riesgo de salud», explica el especialista.

 

Si bien las razones de las diferencias por género y lugar geográfico no están claras, el estudio asegura que existen algunos posibles factores de diferenciación, siendo los más potentes la alta incidencia de fumadores entre niños de 8vo básico (está comprobado que los fumadores realizan menos actividad física que los no fumadores), climas extremos, ya que en las zonas cálidas se tiende a mermar la actividad física, lo mismo que en zonas de frío y lluvia, y factores socioeconómicos, puesto que existe una correlación entre la capacidad adquisitiva y el estilo de vida saludable.

 

Otro resultado preocupante es que los malos indicadores de estado físico no tienen siempre relación con el peso de los alumnos, existiendo un porcentaje importante de estudiantes que registran riesgo cardiovascular alto a pesar de no tener sobrepeso.

 

«Los adolescentes chilenos tienen un muy mal estado físico, independiente de la contextura. Hay niños flacos que tienen igual o peor riesgo de enfermedades cardiovasculares que chicos con obesidad. Esto es preocupante, ya que su peso normal es engañoso para la familia», explica.

 

El Dr. Marcelo Sajuria señala que las políticas públicas hoy usan comúnmente como parámetro el peso y la talla, pero este estudio demostró que esas mediciones solas no son suficientes para estimar la salud y riesgo cardiovascular del adolescente.

 

De acuerdo al especialista, la evidencia sobre la efectividad de intervenciones con base en las escuelas para incrementar la actividad física y prevenir sobrepeso y obesidad en adolescentes latinoamericano es potente. En ese sentido, explica, es muy recomendable que los colegios asuman el liderazgo en la promoción de la actividad física y estilos de vida saludables.

 

«Es importante señalar que las dietas y alimentación saludable no son tan efectivas si no es complementada con actividad física, que es un pilar fundamental para nuestra salud. Por ello, es que para revertir estos índices debemos abordar el problema de raíz e implementar políticas públicas, como por ejemplo aumentar las horas de actividad física. En la práctica, se mejorarían muchos parámetros de salud: Disminuiría el consumo de fármacos, de hospitales y de consultas médicas, por lo que a la larga es una herramienta que es más económica y más sana para todos», concluye.

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