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Renata Ruiz: todo por el medioambiente y el servicio social

Su amor por los animales la hizo tomar conciencia del cuidado del medioambiente. Doglover declarada, además es embajadora de Reforestemos Patagonia. Tras alejarse del modelaje lanzó su blog “Para ser Bella”, y pasó a convertirse en una líder para las mujeres que encuentran en ese espacio una plataforma de contención y servicio social.

Por Jessica Celis Aburto.

Fue una de las modelos íconos de la agencia Elite en la década del 2000. Viajó y vivió en el extranjero hasta que no pudo más. Tocó fondo, y se reinventó. Y aunque estudió Sociología en la Universidad Católica, es difícil que ejerza su profesión porque lo que le apasiona está en otro lado. Ama las comunicaciones –conduce el programa «Ciudad Rock&Pop», en la radio del mismo nombre–, crear y aportar desde su experiencia, y ahora está fascinada en su rol como líder de muchas mujeres que la siguen en su blog Para ser Bella. Un papel que no buscó pero que creció en la medida que el espacio se transformó en un referente de ayuda y contención, y que está lejos de ser sólo una plataforma de tips de belleza. Hoy además vive la transformación que le reportó el despertar al tema medioambiental producto de su amor a los animales. Y apasionada como es, se puso la camiseta de Reforestemos Patagonia.

¿Cómo se dio tu acercamiento al tema medioambiental?
Comenzó cuando tuve mi propia casa, mis cosas más resueltas y el espacio para ocuparme de un tema que siempre me había preocupado. Siempre me han gustado los animales, y fue gracias a eso que empecé a darme cuenta que había que tener un respeto adecuado por el medioambiente. Ver, por ejemplo, cómo los animales son maltratados en la industria cosmética fue algo que siempre me importó, y no es algo que vaya a cambiar muy pronto. China recién hace un mes levantó la norma que obligaba a probar los cosméticos en animales. Pero más allá de verme como una salvadora que cambiaría las cosas, me di cuenta que apuntaba a tener grados de conciencia cada vez mayores frente al tema. Entonces, crecer y madurar era imposible si no me hacía cargo de lo que estaba viendo a mi alrededor.

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En el tema medioambiental, la suma de los pequeños cambios son los que finalmente ayudan a promover cambios mayores, pero muchas personas se quedan en el discurso de «¿qué saco si el problema es gigante y el del lado no hace nada?».
Es que tienen razón, porque quizás no lograrán nada, pero a nivel interno el subconsciente empieza a trabajar de otra forma y te empiezas a preocupar de otras cosas que antes no te importaban. Abres tu mente a otras realidades, personas, seres, circunstancias. Quizás yo aposté a eso, a que aunque mi cambio nunca sea significativo para el mundo, es una forma de ser más consciente conmigo misma y con lo que estaba pasando alrededor. Eso me ha ayudado muchísimo a madurar, a crecer como persona.

¿Cuál es tu apuesta, entonces?
Apuesto a una sociedad con mayor grado de conciencia, como una mirada budista, a que cada día avancemos y estemos más despiertos a lo que está pasando a nuestro alrededor. Eso nos va a llevar a ser mejores seres humanos. No soy educada en colegio católico ni me inculcaron los valores de la caridad, pero gracias a estas acciones que he ido haciendo de a poco, desde comenzar a reciclar las bolsas o comprar un auto que consuma la menor cantidad de combustible posible; me he ido transformando en una persona más madura y mucho más empática, responsable y despierta con lo que pasa a mi alrededor.

¿Qué cosas haces en lo cotidiano para contribuir al cuidado medioambiental?
Creo que todos los pequeños aportes suman, pero lamentablemente estamos muy lejos de lograr una sociedad con una conciencia sustentable. Lo que hago en primer lugar es lo que hace cualquier persona que se preocupa del tema: reciclar las bolsas plásticas. Reciclo absolutamente todo: desde lo orgánico hasta el papel, el plástico, etcétera. Otro cambio que hice fue que hace dos años empecé a usar toallitas higiénicas de algodón, que no vengan en envase de plástico. Una toalla higiénica tiene casi el mismo contenido equivalente a 5 kilos de basura de plástico. Desde que uso las 100% algodón he tenido menos infecciones urinarias. Otra cosa que hago es tratar de apoyar todas las campañas que tienen que ver con reforestar, hacer plazas para gente con escasos recursos. Si me quieren llamar para causas como esas, feliz soy embajadora.

¿Qué te motivó a ser parte de Reforestemos Patagonia?
Es una de las campañas más emblemáticas en el tema, y acepté feliz porque gracias a ella también puedo tener una voz y aportar. Es una organización que ha conseguido cosas gigantescas, y una de las gatillantes de que la gente en Chile empezara a tomar conciencia del tema, no sé si por moda o por otras razones, pero sea cual sea el motivo, comunicacionalmente la estrategia resultó. Gente a la que nunca antes le interesó, de alguna forma empezó a ver como «cool» el tema medioambiental. Se puso sobre la mesa. Entonces, más allá de que estén plantando árboles o recogiendo basura en la playa, es un orgullo ser parte de una causa que ha logrado tanta palestra.

Como embajadora, ¿qué cosas haces?
Principalmente ayudo en la difusión de sus actividades. Como tengo una plataforma de mujeres que me siguen, comunico cómo pueden ayudar. La idea es que la gente conozca esta causa, tome conciencia y sepa cuáles son los nuevos requerimientos de nuestro planeta para que el día de mañana podamos seguir viviendo en este mismo lugar, o uno mejor.

CRÍTICA AL MODELAJE

Vienes del mundo del modelaje, bastante alejado de esta conciencia de la que hablas y que te ha cambiado la vida. ¿Cómo los compatibilizas o son agua y aceite?
Creo que la superficialidad de trabajar en un mundo como el modelaje se te termina pegando como por osmosis, y te conviertes en una persona más egoísta e individualista. Eso pasa. Haberme alejado a través de mi blog me ha dado mucha más perspectiva, me ha ayudado a comprender de qué forma mi imagen y trabajo contribuía a seguir propiciando cánones estéticos que son totalmente alejados de la realidad y que le hacen muy mal a millones de mujeres. No inventé el mundo del modelaje, sólo usufructué de él muchos años. Creo que todos nos vendemos de alguna manera por necesidad, porque tenemos que vender nuestra fuerza de trabajo.

¿Te arrepientes?
(Piensa) Tengo un entendimiento de que el mercado de la moda está muy desquiciado, de que lamentablemente generan referentes que se basan en cánones estéticos que no pueden cumplir personas comunes y corrientes. Las modelos son personas que se dedican exclusivamente al cuidado de su físico. Nadie en su vida normal tiene el tiempo y la plata para hacer eso. Se generan íconos que no existen.

¿Qué sientes con eso ahora?
Me he sentido mal, responsable; me ha hecho darme cuenta que yo también he cambiado. En mi época de modelo pasaba estresada si pesaba más o menos. No era forma de vivir. He pensado en todas esas mujeres que se desnutren por alcanzar un modelo que yo proyectaba. Eso hace que me den ganas de compartir los pesares que conllevó tener que vivir en un mundo así.

¿Cuáles fueron los más grandes?
Lo fútil que eres, que simplemente eres un producto que un día sirve y al otro no. Y si no cumples con los estándares, eres como un pedazo de toalla de papel: limpias, secas y te vas. Es muy triste, y lo peor es que hay 400 niñas detrás esperando ocupar tu lugar.

¿Lloraste en esa época?
Sí, tenía 18 años y me fui a vivir afuera. Lloraba muchísimo. Tenía que cumplir cánones físicos que eran totalmente irreales para mi persona. De verdad tenía que no comer para lograr lo que querían de mí. Los mercados europeos son muy exigentes en relación al chileno. Nadie me explicó cómo funcionaba. Nadie me dijo que tendría que morirme de hambre si quería ser alguien en el mundo del modelaje. No lo logré, y lo pasé muy, muy mal.

En tu desesperación, ¿tuviste acercamientos con los trastornos alimenticios?
Sí, me vi frente a eso, pero gracias a Dios tenía la fuerza que me habían entregado mis papás, mi mamá en especial. Cuando eres chica y recibes muchos comentarios de lo linda que eres, es un bombardeo de información que no te hace bien. Mi mamá se encargó de moderar eso. Yo soy una galla flaca, obvio, pero no bajo de peso con facilidad. Bajar un kilo para mí implica prácticas que no son sanas, como cerrar la boca y no comer. Entonces, cuando en Europa me exigieron bajaron 6 kilos, me colapsé; caí en una seudo bulimia que me duró un suspiro, menos mal, ¡porque soy una persona que tiene que almorzar, comer cuando tiene hambre, porque si no lo paso pésimo! Ahí caché que no era sano ni normal lo que me pasaba, y me devolví de Francia a Chile para bajar de peso. Esa fue la mejor decisión de mi vida. Traté de cumplir lo que me pedían, pero finalmente no lo logré y no volví nunca más. Y aunque pensé que mi carrera de modelo terminaba, pasó todo lo contrario, porque acá me salieron muchos trabajos ese mismo año (2003) y me gané el contrato con una multitienda por dos años que terminaron convirtiéndose en 10. El tema del modelaje está hecho para niñas con mucho carácter, y en ese sentido las mamás deben ser muy despiertas con sus hijas. Si las niñas están con muchas ganas de ser modelos y ya se están empezando a cuidar, les recomiendo (a las mamás) que no las dejen. Ser modelo tiene que ser algo que no te signifique ese nivel de esfuerzo, porque a la larga te llevará a prácticas poco saludables. Hay chicas que sí lo son naturalmente, y para ellas es perfecto.

¿No has pensado en hacerte cargo del tema desde tu experiencia?
Estoy empezando a descubrirme. El mundo del modelaje es tan egoísta e individualista, donde no se trabaja en equipo, que nunca supe lo que era ser líder en algo. Ahora empiezo a ver que mi experiencia puede servirle a otros.

¿Eso fue lo que detonó que crearas tu blog?
Sí, porque necesitaba un espacio donde pudiera expresarme y aportar a la sociedad. Sentía que llevaba mucho tiempo en una volada muy egoísta, sólo preocupada de mí y mi entorno. Y recordé que no era así cuando chica. Fue cuando empecé a trabajar de modelo que me confundí y mi visión de la vida se tergiversó. Yo era la defensora de los pobres, ¡me hacía cargo de todo! Era feliz con eso, y el modelaje nunca me hizo feliz. Y en esa búsqueda de volver a serlo, empática con el resto, con ganas de abrazar a otros, fue que se me ocurrió crear esta plataforma para ayudar a las mujeres en temas que manejo.

MUJER & BELLEZA

Hay personas que a primera vista podrían pensar «un blog de belleza, ¡qué superficial!»…
¡Muy superficial! Pero es un tema que ayuda a las mujeres a devolverles la confianza.

¿Cuál es el mensaje que tratas de rescatar en él?
Antiguamente la palabra belleza estaba asociada a puras cosas positivas. Hoy en día hablas de belleza y generas puros miedos, es hablar de una fuente de inseguridades de las mujeres. Empiezas a revisar todo lo malo y feo que tienes, y eso no puede ser. Mi discurso es cambiar eso y generar una asociación positiva a la belleza, como un encontrarte a ti misma mediante las herramientas que existen para estar mejor, contenta con lo que eres y proyectas. Quiero que la gente le pierda el miedo, que la dejen de ver como algo superficial e inalcanzable y que la reconozcan como una fuente de autoconfianza y autoafirmación.

Muchas mujeres te siguen y te escriben para pedir consejos. ¿Cómo ves a la chilena de hoy?
Como mujeres que no tienen referentes chilenos, y eso da mucha pena. Cuando buscan a alguien a quien admirar, siempre está afuera. Ahí digo «pucha, ¡qué mal lo estamos haciendo!».

¿Tú te cortaste el pelo para «afearte»?
(Risas) Tiene algo de eso, porque quería alejarme del mundo del modelaje y las pasarelas. Allí el pelo corto es mucho menos atractivo, entonces, de cierta forma sí. Pero volviendo al tema anterior, es una pena lo que pasa en Chile. ¿Por qué los gerentes de marketing buscan a puras rubias de ojos azules para sus campañas? Hay una falta de identidad y referentes impresionante, de saber cómo somos realmente las chilenas. Las chilenas creen que son todas bajas, feas, gorditas, y eso no es así.

Entonces, ¿cuál es tu llamado para cambiar eso?
Mi llamado va para quienes cumplimos un rol de liderazgo, para que nos hagamos cargo del tema. De partida hay que aterrizar el tema de la publicidad a una realidad más chilena. Y en lo personal, quiero ser un referente para aportar. Eso es algo que jamás pensé ser. ¡Imagínate que me molestaba que me reconocieran en la calle! Hoy en día asumo la idea de dar un servicio.

¿Te ves como alguien que presta un servicio social?
En el fondo sí, porque soy súper responsable con lo que está pasando día a día en mi blog. Me preocupo de contestarles a todas las niñas que me piden ayuda y de la manera más honestamente posible, aunque les duela lo que les diga. Me entrego para canalizar las inseguridades de la mujer chilena.

¿Qué historias y casos te llegan?
Muchos problemas de trastornos alimenticios. Hablo desde mi experiencia y les digo que no tienen que tener miedo; respondo dependiendo de lo que me cuenten. Otras simplemente quieren contar su historia, y así lo hacen en el blog. Logran sacar algo que llevan oculto mucho tiempo. Ser anoréxica o bulímica es muy mal visto, porque no se entienden las causas, las razones del por qué te enfermas. Si se te muere la mamá, por ejemplo, es entendible que te vuelvas alcohólico, pero si te vuelves anoréxica, no.

Viviste afuera. ¿Te gusta el Chile que ves?
Nunca me gustó vivir afuera (risas). Me encanta Chile, y por eso vivo acá. Me gustan los chilenos, me siento cómoda acá, y aunque tengamos millones de conflictos, somos una sociedad muy solidaria, generosa, tremendamente involucrada. Todos están súper comprometidos con la causa, y eso funciona.

CABLE A TIERRA

Dices que has redescubierto tu empatía por el otro. Dentro de eso es imposible abstraerse del hecho que eres responsable de tu mamá, quien padece mal de Parkinson. ¿Sientes que ese rasgo es relevante en ti?
Hago lo que haría cualquier hijo con su madre.

Vives con ella y su enfermedad es invalidante y progresiva. ¿Cómo te ha afectado en lo personal verla así?
Ella es mi cable a tierra. No sé dónde estaría sin ella. Todas las soluciones que he encontrado en la vida son gracias a ella. Tiene la capacidad de decirme las cosas que me llegan porque soy súper cerrada, no dejo que nadie opine ni pido ayuda. Ella es la única a la que no le peleo cuando me dice algo (risas).

¿Y cómo te ha marcado en tu vida diaria?
Ha sido estresante a veces. Como me hago cargo de toda la gestión diaria a veces me complica el día a día, o con la relación con mis hermanos, que no ven lo que pasa puertas adentro. Pero no ha cambiado ni complicado nada sustancialmente en mi vida. A los 30 años a nadie le gusta vivir con la mamá, pero en mi caso no es algo tremendo, por el contrario. No es un tema.

¿Qué te pareció la campaña del Ice Bucket Challenge?
Lo siento en el alma pero me parece que es una estupidez. ¿Por qué andamos mirando referentes extranjeros? Tenemos que ser más patriotas.

¿Pero crees que como campaña cumplió el objetivo de ayudar?
Estaban tratando de juntar fondos para investigar la esclerosis múltiple, y nuestro país no está listo para eso. Nosotros deberíamos hacer campañas para enfermedades catastróficas que supuestamente están cubiertas por el Auge, como el Parkinson. A mi mamá, por ejemplo, nunca la han ayudado con un peso. Todos los remedios que tiene que tomar no están cubiertos. Entonces, ¿cómo es la cosa?

 

EL ESTILO DE RENATA

«Soy clásica para vestirme y compro cosas atemporales. Si algo está de moda, no lo quiero. Y si llego a comprar algo de moda, sólo una cosa y siempre bien barata».

¿Qué es lo que más hay en tu clóset?
Zapatos y camisas.

¿Cuáles son tus básicos?
La camisa, pero como ahora tengo el pelo corto no las uso mucho porque me veo muy varonil. Me gusta mucho la chaqueta de cuero. Nunca he podido usar abrigos o montgomery. Son lindos, pero no para mí. Eliminé la chaqueta estilo North Face, que la usaba todo el día en invierno, y ando muchos de jeans y ballerinas. Tacos sólo en ocasiones especiales, porque soy una persona que se mueve mucho. Tengo que estar cómoda porque camino mucho.

¿Cuál crees que es el peor mal de la chilena a la hora de vestirse?
Que son súper seguidoras de lo que les imponen, y muy literales para seguir la moda, no tienen identidad. Si vas a llevar algo de moda, debes llevar una prenda, ¡no todo el outfit! También la chilena es buena para usar demasiados accesorios: aros, anillo, pulsera, todo a la vez. Eso les encanta y bienvenido sea, pero a mí no.

¿Cuál es el colmo del mal gusto?
El peto, y se está poniendo de moda. Los crop top que mostraban un poquito de piel ahora están cada vez más cortos. Las fashion bloggers extranjeras están buenas para mostrar la guata, pero encuentro que «la mostrada» de guata es para la playa, para lo privado.

¿Pudorosa?
No. Me da lo mismo andar en bikini en la playa, pero andar con la guata al aire en la discoteque no me gusta. Nunca me ha gustado.

¿Qué blogs sigues?
www.theblondesalad.com; www.stylescrapbook.com y www.kayture.com

TIPS DE BELLEZA

Rostro:
* Lavarse siempre con agua y jabón especial para rostro. Yo uso uno de Cetaphil.
* Aplicarse un tónico. Uso uno de La Roche-Posay. En lo que me fijo es que tengan la menor cantidad de alcohol posible, así que generalmente uso lociones micelares que no tienen acohol, y así no se te reseca la piel.
* Luego aplicar todos los productos para la cara. Ahora estoy usando una crema de Genacol que tiene la gracia que casi el 99% de su compuesto es colágeno, que es la base de todo. El cuerpo sólo absorbe un 1% de lo que se aplica, así que ahora además estoy tomando. Lo recomiendo. Luego aplico una crema que se llama Juara, que es en base a arroz y después siempre usar factor protector.
* Para humectar durante el día recomiendo usar un tónico. Estoy probando uno de Caudalie que es exquisito.
* Una vez a la semana aplicar una mascarilla. Uso una de savia de Burt’s Bees que te deja la piel exquisita.
* Lo que más me ha cambiado la piel es hacerme limpiezas faciales todos los meses. Me las hago en Central Clinic. Ahí aprovecho de hacerme un láser que es para borrar manchas.

Cuerpo:
* Me depilo con láser, porque es mi tema. Yo era Pancho Villa…
* Me hago mesoterapia con mi doctora de cabecera, Alejandra Rios, en Central Klinic.
* Me exfolio y aplico cremas sólo en verano.

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