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Los peores novios según sus profesiones

Empleos que hacen de los hombres malos novios, por falta de tiempo, por ensimismamiento, porque ciertos horarios son incompatibles con el amor.

¿Cuál es la peor profesión para un novio? Hay un montón de respuestas jugosas: la realidad tiene inconveniencias para compartir. Todo depende de la perspectiva.

En este post encontrarán una lista de profesiones que forman malos novios, porque absorben todo su tiempo y los vuelven ensimismados, reducen las posibilidades de cultivar con ellos  romances como de novela de Jane Austen, idilios que brillan por su derramamiento de miel (algo que ni siquiera nos interesa tanto, en caso de que exista).

Después de preguntar a algunas amigas y comentar el tema con el equipo de Belelú (#beleliebers), llegué a la siguiente conclusión: la mayoría de las que opinamos también tenemos profesiones o empleos incómodos para ellos (o ellas). Nosotras también trabajamos en asuntos que nos hacen malas novias.

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O sea que todo mal (o todo bien, depende del humor de cada día). Así que no me malinterpreten: esta lista no es un reclamo ni un ataque sino un ejercicio de enumeración.

Fotógrafos y diseñadores

El problema del trabajo creativo: suele estar mal pagado y requiere mucho esfuerzo. Se dice por ahí que los fotógrafos prefieren cargar con su pesada cámara profesional que tomarte de la mano al caminar, y que los diseñadores, obsesionados con ilustraciones y tipografías, prefieren pagar por estos “tesoros” que por una linda cena o un regalo en tu cumpleaños.

Escritores y periodistas

De nuevo el asunto de la creatividad: empeños que no son rentables. Además los escritores tienen mucho que leer en sus ratos libres, muchísimo, nunca es suficiente, lo cual les deja poco tiempo para el idilio. En cuanto a los periodistas, no están disponibles en fechas importantes, y se dice que están obsesionados con la verdad y que incluso son stalkers profesionales. (Soy un pésimo novio.)

Chefs

Nunca me he enamorado de un chef, pero podría hacerlo de un momento a otro (y más después de haber visto Chef, la genial película de Jon Favreau): los chefs son artistas, espíritus sensibles que llevan el placer a la mesa, cómo no amarlos.

Pero sus horarios son imposibles y su trabajo, muy demandante. Mientras una hace planes para el sábado o el miércoles, días de esparcimiento por naturaleza, ellos sólo tienen cabeza para la cocina que justo en esos días reclama toda su atención, a la misma hora en que una quiere salir a cenar. El resto del tiempo, la planeación de menús, la vena creativa, los absorbe casi por completo.

Médicos y dentistas

En este caso, se trata de profesiones poco amigables con las más celosas. Como no me considero parte de ese conjunto, me remito a una comentario escuchado hace años, en que la quejosa se preguntaba qué sería peor, si tener un novio cirujano plástico o uno dentista.

Su hipótesis era que, con tanta cercanía física, con tanto conocimiento de la paciente, el cirujano o el dentista estaban más expuestos a las tentaciones de la infidelidad.

La hipótesis es graciosa y un poco corta de miras, yo nada más la pongo por acá, para que tal opinión se escuche. Porque, si de celos se trata, casi cualquier profesión sería motivo de alarma, empezando por actores o modelos.

Algo innegable: los médicos suelen salir corriendo a mitad de una cena, para atender casos urgentes, igual que los periodistas y los fotógrafos (por lo menos el ingreso de dentistas y cirujanos plásticos suele ser más elevado).

Profesores universitarios

De nuevo el asunto de los celos: alumnas guapísimas que pueden enamorarse en un tris del único profesor apuesto en toda la plantilla de maestros. Sobre todo si estamos ante un buen profesor universitario. Lo digo yo, que me he enamorado de unos cuantos.

Ingenieros

Según testimonios recabados para esta investigación, los ingenieros dejan poco espacio para la creatividad, son “cuadrados”. Personalmente, esa cuadratura me parece encantadora, pero he escuchado que son poco sociables, más bien tímidos, que prefieren pasar los fines de semana armando rompecabezas. ¿Qué pueden comentar al respecto?

Políticos y abogados

En este caso lanzo una apreciación personal: los políticos tienen algo de malvados, se necesita labia y colmillo para escalar en el oficio, desconfiaría de ellos desde el principio. En cuanto a los abogados, una de las encuestadas comentó que los creía vengativos, lo cual tendría bastante lógica: han desarrollado la capacidad de convertir tropezones en demandas.

*

Por supuesto que estos obstáculos no dependen nada más de la profesión, sino del novio, de una misma, de la relación entre ambos (aunque las encuestas revelen que, efectivamente, algunas profesiones guardan un vínculo más estrecho con la infidelidad).

En cuanto al peor de los novios, la peor de las profesiones, nadie tiene la verdad definitiva. Además, los novios desempleados tampoco gozan de éxito. Ningún empleo puede ser tan malo en realidad, en el fondo lo sabemos.

Así que les pregunto a ustedes, ¿cuáles creen que sean los empleos que hacen de los hombres peores novios?

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