Si bien es placentero tomar una ducha caliente, bañarse con agua fría puede traer múltiples beneficios a tu organismo. Pero si eres de las personas que igualmente le cuesta disminuir la temperatura, puedes ir poco a poco dosificándola hasta que sin darte cuenta tu baño sea frío.
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Piel saludable:
El agua fría limpia las impurezas y la grasa que pueda tener tu piel ya que a diferencia del agua caliente, la piel cobra vitalidad y no se reseca.
Cerrar poros:
El agua helada puede cerrar tus poros, lo que será de mucha ayuda si sufres constantemente de espinillas y puntos negros.
Mejor circulación sanguínea:
El agua fría ayuda a que la circulación sanguínea de tu cuerpo sea mucho mejor, porque el efecto del agua en la piel hace que la sangre corra de forma más rápida hacia los órganos.
Energía:
El bañarte con agua fría te dará una sensación de frescura al salir del baño y con mucha más energía, lo que será muy beneficioso para un día laboral lleno de ánimo y energía.
No esperes más y prueba bajar la temperatura a tu ducha, de seguro no te arrepentirás.