Por: Jessica Celis Aburto.
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Su nombre completo es Hernán Matías Cárcamo Aros (25). Su marca como diseñador es Matías Hernán porque asegura que tiene ver con el ideal que conlleva su trabajo, y también por un asunto personal. «Nunca me dijeron Hernán, sino Matías, así que lo dejé como marca». Estudió dos años Diseño en el DUOC, y se retiró cuando ya estaba en el seminario de título. Se cambió a la UDLA (Universidad de las Américas), retrocedió un año, pero aceptó porque «cuando llegué a Santiago esa escuela me acogió sin ningún problema», dice el ganador de la tercera temporada de Proyect Runway L.A., quien es oriundo de Quilpué.
Y desde que ganó no ha parado. Su titulación tendrá que esperar para el próximo año, porque la demanda por su trabajo no cesa y ya cuenta con tres colecciones hechas este año. La última: una línea para Ripley, donde busca transmitir «lo que está pasando un poco en la moda actual, como los estampados, y una forma de trabajar el minimalismo desde la forma, porque las prendas son básicas en sus cortes, pero el estampado le da todo lo novedoso», explica.
Una arista importante que hemos visto en tu trabajo es la intervención de las telas, ¿qué es lo que te seduce de ello?
Busco distintos caminos para desarrollar las formas a las que quiero llegar. Puede ser por corte, estampado u otro proceso constructivo por el que llegue a un resultado. En el caso de la colección de Ripley traté de ajustarme lo más posible a un proceso que puede asociarse al retail. Fue una producción masiva, de impresión rápida, con cortes simples, que tiene impregnado mi sello: lo femenino, las simetrías y los colores. Éstos últimos tienen que ver con el invierno y por eso elegí tonalidades de azules, morados, negro, y el calypso y fucsia en un par de leggins. Cuando trabajo juego con la simetría y geometría para generar una silueta a nivel óptico. No es que las prendas te armen, sino que te arman visualmente.
¿Te pusieron muchas directrices?
No para nada. Me dieron libertad, sólo me pidieron trabajar algo que sea reproducible para Ripley (risas).
Usas cristales para descomponer la realidad y reconstruirla, llevándola a tus diseños. ¿Cómo llegas a eso?
Hace rato venía experimentado con los cristales y siempre me han gustado los prismas. Un día en una feria en Bellas Artes encontré unos cristales, luego en el Persa Bío Bío encontré de otro tipo, y así los fui juntando. Bajo esa visión del cristal empecé a ver las cosas, lo empecé a anteponer a lo que veía para traspasarlo a las telas.
¿Qué buscas como diseñador?
Muchas cosas. Busco concretar una marca a nivel internacional; poder disfrutar mi trabajo; entregar un mensaje; satisfacer un nicho, el de la ropa exclusiva. En Chile todo el mundo consume retail porque la gente no tiene cultura de moda, y lo que estoy tratando de hacer al asociarme con uno es que las personas entiendan que en Chile hay gente como yo, que hace moda y que les da otra oferta para vestirse.
¿Crees que las experiencias tuya y de Karyn Coo abren una ventana auspiciosa para el diseño nacional? ¿Cuál es tu diagnóstico del mercado actual?
Creo que sí, y claramente el retail está abriendo el espacio para apoyar al diseño chileno, y eso me gusta. Hay personas que dicen que quienes hemos hecho esta asociación nos vendemos al enemigo, pero no es así. Jamás vamos a poder luchar contra la fuerza económica de un retail, así que si ellos nos están tendiendo la mano, yo la tomo. Es la única forma de demostrar que en Chile se pueden hacer cosas, y que las grandes empresas quieran invertir en nosotros es algo que no se puede dejar pasar. Siento que si me están ofreciendo esto, tengo el deber de hacerlo. Yo mantengo mi línea, mi sello, sólo trabajo de manera más comercial a mi clienta porque, por ejemplo, no utilizo telas o mezcla de telas que podrían ser extrañas para un público como el del retail. Por eso la colección es tan acotada y se vende en sectores prime. Va a un nicho súper específico: a una mujer que busca otras cosas, que busca tener una identidad y consumir cosas que son exclusivas, que no tiene todo el mundo.
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¿Crees que las chilenas están valorando el diseño de autor?
Sí, cada vez se aprecia más lo diferente y este nicho, al que apunto, no compra en Chile. Lo que se trata de hacer es que encuentren acá lo que buscan afuera, y que les salga más barato con un diseñador nacional. Y que se den cuenta que acá hay un trabajo de igual o mejor calidad.
¿Qué te inspira?
Dependa de mi estado de ánimo, pero siempre escucho música. Ando todo el día con audífonos.
¿Qué escuchas?
Desde gospel hasta electrónica metal industrial. Hay un productor belga, Stromae, que me gusta mucho porque además de hacer música es un artista completo. También estoy escuchando harta música electrónica pesada de los 80 y 90, y no me falta la música japonesa o koreana, ¡escucho de todo!
¿Y diseñadores?
Dior, Balenciaga, Jeremy Scott, Alexander Mc Queen. Los grandes que salen en las revistas de modas o en los Fashion Week. Siempre veo a quienes lideran las grandes casas de moda porque es a lo que yo me quiero dirigir, ser una marca internacional y presentar 6 colecciones al año. Eso sería increíble, aunque es una locura (risas); pero este año ya voy por la tercera colección y estamos recién en mayo… Creo que de verdad voy a hacer 6, porque a fin de año tengo una de novias, antes tengo que hacer otra para un desfile acá en Chile (que espero que sea mixta), viene la de Ripley, y ahora estoy terminando una que presentaré en Miami y en Cancún. También lanzaré mi perfume. La colección que llevo a Miami, por ejemplo, viene con todo: carteras, chaquetas, shorts, vestidos, trajes de baño, vestidos de noche, tarde y playa. Todo para mujer.
¿Por qué crees que ganaste el Proyect Runway?
Porque me repetí que lo iba a ganar, ¡y lo gané! (risas). Soy súper calculador, y creo que todos sabemos cuándo nos aprieta el zapato en alguna situación. Sabía lo que tenía que hacer para estar en una competencia y sabía con quiénes me enfrentaba. A partir de ahí supe cómo moverme para ganar, claramente siempre siguiendo mi identidad y visión de las cosas. Siento que lo que hice en el programa fue súper completo. Fui el único que llegó con una colección con accesorios que tenía todo tipo de piezas: desde carteras, abrigos, chaqueta, shorts y vestidos hasta bodies. Había de todo en ella. Y aunque fue reiterativo el jurado me dijo que el que sea así de completa y diseñada para que funciones de muchas formas, no la hacía repetitiva ni monotemática. Además tenía mi trabajo con materiales experimentales, tratando de hacer algo que no está visto en Latinoamérica al menos. Mi trabajo da cuenta de la amplia visión que tengo: si voy a lanzar un abrigo, ¿por qué no hacerlo con una cartera? O si voy hacer una falda, ¿por qué no hacerla con corte láser o con una textura que tenga que construir?
Siempre buscas darle un valor agregado a lo que puede parecer obvio…
Sí, siempre trato de que no sea simplemente una prenda. Tiene que ser LA prenda. Me gusta dar siempre una segunda vuelta. Cuando un diseño ya no necesita nada más, es porque ya está desarrollado y listo para salir y ser usado.
En la web: www.matiashernan.com.