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En el Día Mundial del Sueño: lo que debes comer para dormir mejor

Este 14 de marzo es el día mundial del sueño, por lo que es importante tener en cuenta que el cobre contenido en ciertos alimentos puede llegar a ser un aliado del buen dormir, evitando alteraciones por diversos factores que nos rodean.

 

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Según los resultados arrojados por la Encuesta Nacional de Salud en 2011, en Chile alrededor del 63% de la población experimentan algún tipo de trastorno del sueño, es decir que 6 de cada 10 chilenos no duerme bien. El 68,4% de las personas, entre 15 a 24 años, sufre problemas para conciliar el sueño, aunque las mujeres (75%) de ese tramo etario son las más afectadas.

Algunas causas se atribuyen a la presencia de la tecnología en nuestras ya agitadas vidas, (videojuegos, computadora, celulares), así como también al exceso de «carrete», y malos hábitos como el fumar, beber alcohol y comer exceso de grasas.

Conocida son las recetas de la abuela, respecto a consumir ciertas infusiones de hierbas calientes antes de dormir, para alcanzar un sueño placentero y relajado. La industria farmacéutica aporta a aumentar estas opciones por un buen dormir mediante el consumo de vitaminas, minerales y suplementos.

Las vitaminas y minerales son grandes y esenciales somníferos para ayudar a mantener un sueño saludable. La mejor fuente de nutrientes proviene de los alimentos frescos. Sin embargo, con el agotamiento de los suelos, los pesticidas, y nuestros malos hábitos alimenticios, no permiten absorber la cantidad adecuada de cada nutriente directamente de los alimentos.

Un desequilibrio de cobre y bajos niveles de hierro pueden causar falta de sueño. El cobre ayuda a la noradrenalina, una sustancia química responsable de la activación general del cerebro y la más importante involucrada en el sueño.

Es por esto que consumir una dieta rica en cobre se vuelve esencial si de conseguir un relajante sueño se trata.  Pero eso no es todo, bajos niveles de cobre pueden no sólo alterar nuestro sueño. En el largo plazo,  puede precipitar un sinnúmero de condiciones inflamatorias y degenerativas, incluyendo osteoporosis y enfermedades cardio vasculares. También afectar el desarrollo del feto, sobretodo en el último trimestre de gestación, ya que es cuando se necesita más del metal para asegurar un desarrollo neuronal apropiado.

 

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