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Sergio Dalma: “El amor es un gran refugio”

El intérprete de “Esa chica es mía” y “Bailar pegados” presentó su disco “Cadore 33” en la bellísima bodega vitivinícola Antucura, de Vista Flores, en Tunuyán, Mendoza.

 

Desde Mendoza, Argentina, por Pilar Huilcaleo Mateluna.
Fotos: Gentileza Warner Music.

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En medio de una noche fresca y un paisaje exquisito, ante viñas perfectas de hileras eternas, entre bodegas que guardan el Malbec emblemático del otro lado de la cordillera. Allí, en ese escenario, el cantante Sergio Dalma –de ojos sorprendentemente vivaces, con las canas de los 49 y el encanto y sensibilidad de siempre– se sienta a conversar sobre «Cadore 33», el disco número 16 de su carrera y tercero con el productor Claudio Guidetti, que lo trajo en promoción a este lado del mundo.

Tiene su energía intacta, la sonrisa presta y puro agradecimiento, aún cuando ha tenido un día intenso luego del ajetreado trayecto Buenos Aires-Mendoza, su presentación ante la prensa argentina y chilena tras recibir Disco de Oro por su disco recién estrenado en el país trasandino, cantar varios de sus éxitos y dar entrevistas a los medios a diestra y siniestra. «Es mi trabajo y me encanta», dice, y se le nota.

«Recuerdo perfectamente Viña del Mar, ese público exigente pero generoso conmigo», dice de entrada, seguramente atrapado en el recuerdo de cuando «Bailar pegados» y «Esa chica es mía» recién soñaban con convertirse en clásicos de la balada pop romántica. Hoy, ad portas de sus 25 años de carrera y 50 de vida, este catalán nacido en Sabadell siente que vuelve con un disco redondo. «Un tipo de 49 no está para canciones ligeras, sino para historias potentes, verdaderas, maduras» afirma.

Sin embargo, en nuestro país no hemos podido apreciar de cerca la evolución de este artista. Sus discos compilatorios de clásicos italianos, «Vía Dalma» I y II, que en España y Argentina sonaron muchísimo, acá apenas se conocieron. «Ha habido una ausencia, porque entre una compañía de discos y otra pues no hubo el interés que uno espera, por lo que de una u otra forma la relación entre en el público y nosotros se ha visto cortada; es una espina que queda clavada. Sin embargo, a través de las redes sociales noto que hay mucha gente de Chile que me pregunta para cuándo». Y el cuándo podría ser el 2014, si las cosas se dan. Mientras, el cantante español saborea su nueva entrega, como a la vida, como degustando un vino y conversa sobre el amor, años, música y paternidad.

El 2014 cumples 25 años de carrera, ¿qué balance haces?
Sí, además tengo 49 y este otro año cumplo 50. Son dos grandes cifras, redondas, que tienen mucho peso. Yo pienso, ¿cómo es posible que haya pasado el tiempo tan rápido? La vida corre rápido, tanto que a veces uno no logra sopesarla hasta que sacas la cuenta. Ahora, el balance es muy positivo, ya que este es un trabajo que me ha dado grandes momentos, me ha permitido conocer muchos países, mucha gente, de hacer amigos. También me he dejado en el camino momentos puntuales de la vida de mi hijo, de mi pareja, de mis padres, de mi entorno familiar, pero compensa, compensa mucho, porque el momento que estoy con ellos lo disfruto, y lo que me ha dado el público, ese cariño, esa relación tan especial, me ha hecho crecer como persona y como profesional.

En un mundo como el nuestro, 25 años también hablan de coherencia, de pasión…
Sí, todo se quema tan rápido hoy, hay una sensación de que todo es tan efímero… Por eso le doy tanto valor al tiempo. Nunca imaginé, cuando comenzó a gustarme esto, cuando comencé a flirtear con el escenario, que iba a estar tantos años vinculado. ¡Y hoy, casi 25 años después, sigo en ello! Creo que porque soy muy apasionado, mucho, tanto en el ámbito personal como en el profesional. Todo lo hago con pasión. Además le doy un inmenso valor al público fiel que desde hace años sigue junto a mí.

En este camino le has cantado siempre al amor y al desamor, ¿cómo ha cambiado esta temática con los años?
Al final los hombres hemos dejado de lado ese pudor de que no podíamos sufrir y llorar tanto como una mujer. Creo que se ha entendido que los sentimientos no tienen esa diferencia si se es hombre o mujer. Pienso que el romanticismo sigue en el fondo de nuestros corazones, el amor no deja de ser un sitio para esconderse, para refugiarse de un mal momento. Hoy, cuando el mundo parece estar más duro que nunca, cuando todo se ve muy pesimista, el amor es un gran refugio. Por ejemplo, mi país, España, vive hoy una crisis compleja, y al final nuestra labor en la música es invitar, vamos a disfrutar, volvamos a soñar, en un concierto, en la escucha de un disco. La música ayuda de una manera.

Si la música se ajusta a los tiempos, ¿crees que cambia el amor?
Creo que uno se enamora y se desenamora igual que hace 50 años. Tengo un hijo de 18 años, y tiene los mismos síntomas. Y me ha sucedido algo hermoso, que junto a él he podido revivir la adolescencia.

¿Estás enamorado?
Llevo viviendo cuatro años con una persona, bien, feliz, a gusto, lo que es un desafío, porque en este trabajo me ausento tanto. Pero bueno, que ella respete mi trabajo, que es mi vida, que tenga un respeto enorme por mi hijo, eso es muy importante. Lo vivimos bien.

¿Qué es lo mejor de esta época de tu vida?
Hoy vivo la vida de una manera más pausada, creo que el éxito lo vivo de otra manera… Es como cuando uno toma una copa de vino, lo degusta de otra manera. Cada edad tiene su momento, y ahora la veteranía y la experiencia que te dan los años hacen que enfrentes la vida de otra manera. Creo que es mejor. Pero no podría cantar estas canciones o las de «Vía Dalma» al principio de mi carrera; he tenido que madurar, la voz ha tenido que cambiar. Pero eso se consigue con los años, no se puede comprar ni obtener de hoy para mañana.

¿Cómo es ser papá de un joven de 18 años?
Es complicado, porque los 18 de ahora son diferentes a los de antes… Tienen más información; internet, las redes sociales, les hacen vivir con otra intensidad. Creo que la labor del padre es tener una buena comunicación, escuchar, apoyar. Por mucho que te aconsejen, los seres humanos necesitamos caernos, aprender de la experiencia, y a los jóvenes les pasa igual. Por eso intento estar siempre pendiente de él, de apoyarle al máximo, pero dejar que tome sus decisiones.

¿Qué opina tu hijo de tu trabajo, de tu música?
Él se agobia mucho cuando hay mucha gente. Viene a mis conciertos, escucha mis canciones y tiene sus favoritas, generalmente las más rítmicas, porque escucha otro tipo de música, pero bueno, tenerlo cerca me hace muy feliz.

¿Qué sueñas alcanzar?
Cada vez que lanzo un nuevo proyecto siento que es un sueño cumplido. Soy de los que sueñan despiertos, me gusta seguir subiendo al escenario. Me costaría mucho dejar de cantar, después de 25 años de carrera. Pero soy de aquellos que creen que hay que vivir el momento, el Carpe Diem. No soy mucho de mirar para atrás, ni tampoco me planteo un futuro próximo; intento disfrutar lo que vivo en este instante.

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