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Un raro dolor abdominal: mira cuándo estás frente a una hernia y conoce sus riesgos

Las de tipo inguinal son las más comunes y afectan principalmente a hombres, las umbilicales a mujeres y las incisionales, que derivan de una mala cicatrización tras una cirugía, pueden afectar indistintamente a ambos grupos.

 

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Un malestar que puede durar años en su organismo causando dolores o molestias vagas puede deberse a la presencia de una hernia.

 

Se trata de una enfermedad producida por la salida total o parcial de la membrana que recubre el peritoneo (epiplón), grasa, o de una víscera, a través de un orificio en la pared abdominal.

 

Si bien son más comunes durante la infancia, también pueden provocarse en etapas adultas, usualmente por levantar objetos pesados usando una mala postura, o bien por un fuerte aumento de peso, como es el caso de las embarazadas.

 

Para comentar los alcances de esta patología y señalar sus principales formas de tratamiento, el doctor Marco Rioseco, cirujano digestivo de Clínica Vespucio, entrega algunas de sus características y se refiere a los tipos más frecuentes.

 

Según el especialista, las hernias se generan por «la alteración de los tejidos que conforman ciertos orificios normales por los que salen habitualmente algunas estructuras desde el abdomen al exterior. El síntoma común es el aumento de volumen de la región afectada, que se amplifica al realizar fuerza y se acompaña de dolor», apunta.

 

Los tipos más comunes son:

-Inguinal: se produce en la zona de la ingle. Responsable del 75% de las hernias aproximadamente, ocurre a lo largo del canal inguinal. Por allí pasan normalmente los vasos sanguíneos que van a los testículos en los hombres. Algunos de sus síntomas son aumento de volumen de la región inguinal al toser o realizar esfuerzo físico. El dolor se desencadena al no poder regresar a la cavidad las estructuras que salen.

 

-Umbilical: se produce por un defecto anatómico. Casi no muestra síntomas, pero es posible apreciar un aumento en el volumen del ombligo y, cuando son de mayor tamaño, pueden generar gran malestar en la zona umbilical e incluso, atascarse. Cuando se diagnostican debe descartarse la patología litiásica vesicular (muy común en Chile), enfermedad que se debe resolver en paralelo ya que se opera por la misma herida.

 

-Incisional: corresponde a defectos de la pared abdominal ocurridos en la cicatriz operatoria. Se presenta por el fracaso en la reconstrucción de la pared en una cirugía abdominal. Si se produce infección de la herida operatoria, se duplica el riesgo de aparición de una hernia incisional.

 

El Dr. Rioseco explica que si bien las hernias pueden provocar pocas molestias, son peligrosas debido a que se pueden complicar. «El principal síntoma de complicación es el aumento de volumen súbito que no se reduce y se presenta con dolor que aumenta con el tiempo», aclara.

 

El cirujano digestivo de Clínica Vespucio argumenta que el estrangulamiento de las hernias puede generar un compromiso del intestino que provoque «perforación, peritonitis, sepsis y en algunos casos la muerte, por lo que se debe indicar una cirugía de urgencia», asegura.

 

Si bien la situación de cada paciente es particular, por lo general el tratamiento de las hernias siempre es quirúrgico, a menos que el paciente sea portador de enfermedades que impidan suministrarle anestesia y someterlo al estrés de una cirugía. «El tratamiento consiste en reducir los órganos herniados a la cavidad abdominal y reparar el defecto en la pared abdominal, lo que se puede hacer con o sin uso de malla, asunto que dependerá del tamaño y tipo de hernia», puntualiza.

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