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Los 6 hábitos más tóxicos en una relación

¿Recurres al chantaje emocional egoísta para que tu cuento de hadas se haga realidad? Lamento decepcionarte, pero quizá no estés haciendo lo correcto.

En las relaciones, los seres humanos debemos conocer bien los extremos entre límites amorosos: emocional, intelectual, físico, y entre otros.

Ahora, todas añoramos un amor más emocional que cualquiera otra cosa, un amor romántico y dulce como el que hemos visto en tantas películas. Sin embargo, a veces ciertas actitudes que tenemos convierten esta idea en, además de poco real, distante.

Actitudes como éstas:

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1. El puntaje

Sí, seguramente aquella vez en el 2012 dijo algo que a ti no te agradó. Sin embargo, es importante dejar de culparlo algún día. Lejos de hacer que se arrepienta, estás hostigándolo.

El tener bien presente lo malo que ha hecho le permite a él hacer lo mismo contigo y su relación, lejos de ser romántica, se convierte en un juego que ambos quieren ganar desesperadamente tan sólo para que termine. Tú haces algo malo, él te lo reprochaba; él hace algo malo, tú se lo reprochas y ambos se chantajean para ver quién ha hecho más cosas malas durante la relación y cómo podrían obtener ventaja de ello. Es enfermo, eso ya no es amor.

2. Creerlo psíquico/detective

Es importante entender 2 cosas: (1) tu novio no es clarividente, (2) tu novio es hombre y a los hombres científicamente no se les conoce como la especie más intuitiva del planeta. Es hasta tedioso para nosotras mismas ese jueguito que tenemos las mujeres de estar enojadas y jamás decir claramente por qué, sino tan sólo dejar palabras como pistas para que él adivine o resuelva el misterio eterno de por qué te habrás enojado.

3. Amenazas

Está bien establecer tus límites, expresar abiertamente qué no te agrada y dejarlo claro; sin embargo, existen maneras. Por ejemplo, no es lo mismo decir: “No me gusta que dejen mis mensajes en ‘visto’ porque si te los escribo, es porque realmente me preocupo por ti” a “¿Sabes quién también me dejaba en ‘visto’ como tú? Mi exnovio. Y lo dejé. Te lo advierto. Te voy a dejar, te voy a dejar y a ver qué haces”.

Existen maneras para decir las cosas, siempre tratando de no pelear ni inculcar miedo en la otra persona que, eventualmente, se convertirá hastío.

4. Culparlo por tus propios problemas

Supongamos que un día te va fatal en el trabajo, estás triste y lo único que quieres es que te abrace muy fuerte. Pero tu novio no se da cuenta de ello (porque no es psíquico, es hombre; los hombres no se dan cuenta de tus estados de ánimo si los expresas abiertamente), tu novio está serio porque está pensando en otras cosas. E inmediatamente viene la discusión: “¿por qué eres tan insensible?”, “¿acaso no te importo?”, “¿qué no te das cuenta de que estoy triste y te necesito?” (Again: no, no se da cuenta. Es hombre.)

Toda esta pelea pudo haberse ahorrado con un “amor, me fue pésimo este día, ¡abrázame!” Fin.

5. Expresar tus celos abiertamente

Muchos piensan que los celos son muestra de afecto, de amor, de que te importa la persona. Algunos hombres se sienten halagados, pero muchos otros se sienten sofocados.

Existe una línea muy delgada entre los celos y la desconfianza excesiva y codependiente de una persona a la otra que tan sólo denota inseguridad. No estés con una pareja de quien desconfías, confía en con quien estás y en lo mucho que siente por ti.

6. Compensarlo cuando haces algo malo

(Esto se nos da mucho a las mujeres que no somos muy detallistas. Y también a las detallistas, de hecho.)

A veces las mujeres damos detalles cuando cometemos una falta a la relación: llámese ofender a tu novio, llámese decirle algo que le duela, llámese tener una discusión e incluso engañarlo.

Eso de regalarle una carta llena de figuritas y colores para sentirte mejor por haberlo comparado con tu ex o eso de decirle “te amo” tan sólo para que dejaran de discutir, además ser cobarde, es emocionalmente destructivo.

Los problemas de una relación deben tratarse abiertamente. Sí, de vez en cuando con discusiones, pero jamás cubriéndolos con detalles que pierden todo su cursi significado al venir más del remordimiento que de sentimiento.

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