Wellness

Juanita Ringeling, su lado más eco: “Uno tiene que exigir partiendo por casa”

Tiene 27 años y, desde su vereda, hace lo que más puede por preservar el medioambiente. Sin ser extremista, vive su vida con la conciencia y responsabilidad que a muchos les falta.

 

PUBLICIDAD

MIRA LA SENSUAL Y EXCLUSIVA SESIÓN DE FOTOS DE JUANITA RINGELING PARA MUJERES

Por Erika Cabrera.

Es sinónimo de talento, belleza, chispa y sencillez. Actualmente se luce en la piel de «Laura Lucero», la vedette estrella de la serie de TVN, «Bim Bam Bum», aunque muy pronto también será parte de la nocturna de Canal 13, «Soltera otra vez 2». Está en pareja con el actor Matías Oviedo y, aunque no es de proyectos a tan largo plazo, asegura que cree en los ritos y que le gustaría tener hijos en el futuro. Por ahora disfruta el día a día, vive a concho sus éxitos y alza la voz para protestar.

Nacida y criada entre Cachagua y Viña del Mar, imagino que por ahí viene tu conexión con la vida natural…

Sí. Creo que la conexión con la Tierra viene de esta no-pertenencia a Santiago y de haber construido mi identidad muy cercana a la naturaleza, a lugares extensos y a paisajes muy poco intervenidos. Y, además de eso, que tengo una familia que está muy involucrada con los temas medioambientales, en la protección de los bosques y en el progreso de la mano de la misma conservación. Por lo tanto, en relación a lo que ha sido mi familia y mi historia, también he construido una forma de vivir, un día a día que quizás no sólo es cuidadoso con el medioambiente, sino también conciente de lo que se produce y se consume. Es entender que uno tiene que hacerse cargo de sus propios desechos.

Mentalidad que, muchas veces, cuesta incorporar…

Sí. Pero tiene que ver también con cuánto uno exige a los políticos, a los grandes economistas o dirigentes de los países; debemos exigir partiendo por casa. O sea, si le estás pidiendo al país que tengamos políticas de ahorro de energía, ahorra en tu casa primero; o si estás pidiendo que no te pongan un vertedero en tu patio, bueno, separa la basura para que no existan tantos vertederos… Es muy fácil pensar que de arriba se hace todo hacia abajo, cuando realmente las grandes revoluciones se construyen desde abajo hacia arriba… Ahora, tampoco soy extremista, pero busco la forma de ser lo más conciente y lo menos nociva posible con el medioambiente.

¿Qué acciones puntuales realizas en el día a día?

Separo la basura. Todo lo reciclable lo llevo a algún Punto Limpio. Los desechos orgánicos los hago compost con gusanos californianos que hacen que el humus sea más rápido. Aparte en mi casa tengo una pequeña huerta, trato de plantar harto, de tener mucho verde y, lógicamente, intentamos tener el menor consumo de energía posible. Además, lavo la ropa con la Ecobola, que no usa detergente y permite reutilizar el agua, y así riego el pasto. O bien, a la hora de comprar un producto, de repente opto por uno en envase de vidrio y no plástico, trato de no usar tanta bolsa y no consumir cosas que, realmente, no necesito consumir. Creo que, finalmente, va todo en los detalles.

¿También cuidas tu alimentación? ¿Te preocupas de comer alimentos orgánicos, por ejemplo?

Sí, y básicamente por dos razones. Primero porque considero que las grandes industrias han demostrado no tener controles de calidad, ni para la salud ni para el medioambiente, entonces, no sólo es una forma de castigarlos, sino de optar por algo mejor. Es no comprarle a las grandes cadenas de carne que, de hecho, son la segunda industria más contaminante y con más emisiones de CO2 en el mundo y, en vez de eso, optar por pequeñas empresas que tengan animales criados en libertad y que no les metan anabólicos ni los llenen de vacunas. Es decir, optar por esa  clase B y así castigar un poco a la industria y, al mismo tiempo, exigir calidad… Lo mismo con las verduras, porque uno no sabe cuánto fertilizante le ponen. Si bien hoy en Chile no está aprobada la ley para plantar transgénicos, es súper difícil confiar en las grandes industrias, porque sus estándares de calidad son muy bajos y nocivos. O sea, supuestamente por tener costos más bajos, se pasan por alto los riesgos de tener una mala salud o elementos dañinos para el medioambiente.

Imagen foto_0000002420130717093348.jpg

En cosmética también hay opciones, ¿eliges aquellas marcas eco-friendly?

Sí. Ocupo Burt’s Bees, que tiene mucha conciencia con el medioambiente en el proceso de producción y que no tiene petróleo en sus componentes. Ahora, también creo que es importante, si bien no es el caso de esta marca, usar artículos chilenos, porque cuando compras algo extranjero, ese producto tiene que pasar por un largo viaje en barco o avión, dejando una huella de carbono importante hasta que tú lo compras. Así que también ocupo la marca Pura S.A. que es chilena; cuenta con productos para el pelo y el cuerpo, la mayoría, en base a aceite de palta y arándanos. Y, aunque no me maquillo tanto, tengo algunas cosas M.A.C, porque es una de las marcas que no testea con animales y que en, Estados Unidos por lo menos, incentiva al reciclaje, además de su compromiso social a través de la fundación para VIH.

¿Qué acción antiecológica es la que menos toleras?

Hay miles, en niveles distintos. En el día a día me molesta mucho que la gente bote basura en la calle, lo encuentro lamentable… Es que uno tiene que hacerse cargo de sus desechos, y no hacerlo demuestra una falta de cultura cívica y de entender que el espacio público hay que cuidarlo.

Y cuando te compras ropa, ¿también te preocupas de su procedencia?

Creo que es mejor comprar menos, pero de más calidad. Por ejemplo, te puedes comprar diez pantalones en la ropa china pero, ¿es necesario? Yo prefiero comprarme dos de buena calidad, y no necesariamente hechos con fibras orgánicas, pero sí de alguna cadena que sea lo más responsable posible. O comprar ropa que esté hecha en Chile, con fibras más naturales, o que esté fabricada por artesanos locales. ¡Aunque la ropa usada también es increíble! Lógicamente hay cosas preciosas que uno se las compra nuevas y no lo piensa tanto, pero creo que hay que intentarlo. Como te digo, después se transforma en un sistema de vida, y uno le da para adelante no más.

Tu padre ha ocupado cargos políticos como alcalde. ¿Has pensado tú en incursionar por ese lado?

En la política dura, no… A ver, creo que uno igual siempre hace política, desde cualquier institución en la que participes, desde la ética de ser actriz o en tu relación cívica con el resto del mundo… Pero creo que la política dura está un poco sucia, y no me representa ningún partido a cabalidad, la verdad.

¿Tampoco algún candidato?

Bueno, el que más se acerca es Alfredo Sfeir, el ecologista. Creo que su discurso es súper centrado, él es un hombre que no ve la ecología desde un lugar más bien hippie, sino al contrario. Es muy concreto en todas sus propuestas, habla de la economía sustentable como caballo de batalla y, en el fondo, plantea algo muy cierto, y es que construyamos un país a largo plazo. No «pan para hoy y hambre para mañana», que es un poco lo que sucede actualmente.

Y en relación al medioambiente, ¿hay alguna propuesta concreta que te gustaría escuchar?

De él he escuchado varias. Pero lo que me gustaría es ver a un político que no hablara sólo de números ni de cuánto crecemos económicamente, sino que haya un valor, un hacia dónde vamos, y no de aquí a cuatro años, que es lo que dura un Gobierno, sino de aquí a 100 años más. Eso es lo que quisiera escuchar. En ese sentido, pienso que lo que falta es proyectar un país, una sociedad; yo quiero un político con ideales, innovador, y que se atreva a hacer cambios profundos de mentalidad, aunque eso le signifique perder algunos seguidores.

¿Vas a votar en las próximas presidenciales?

Sí. Por Sfeir… O sea, sé que él no va a ganar, no soy tan ingenua, pero es la única forma que uno tiene de dar su opinión. Finalmente, decir «me gusta éste» es dejar en claro que «no me gustan los otros».

Sigue > >

 

Tags

Lo Último