Por Angélica Salas. Fotografías: Gonzalo Muñoz. Producción de moda: Susana Marín. Maquillaje y peinados: Sole Donoso.
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Si bien hay muchos hombres que suspiran por lo bella que es, la mayoría destaca y admira su simpatía y sencillez. Es que a ella no le van ni el escándalo ni las relaciones tormentosas. Ha hecho una vida en Chile por casi 8 años, espera echar raíces, y qué símbolo más fuerte que haberse casado con un chileno.
«¡Me suena tan raro que me digan ‘señora’ Lucila! Creo que es una responsabilidad mayor, ya no somos por separado, somos uno», comenta entre risa y seria.
Para llegar a casarse con un chileno la cosa no fue llegar y cruzar la cordillera de Los Andes. El destino ha sido juguetón con esta modelo y conductora.
Yo vengo desde Rosario a vivir a la ciudad
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A los 17 años en su ciudad natal, Rosario, Argentina, Lucila era una feliz adolescente, la menor de tres hermanos, hija de un médico nutricionista y una sicóloga, cuando se cruzó en su camino con un fotógrafo que la invitó a participar de un casting para una reconocida marca de ropa deportiva y de trajes de baño.
Fue –acompañada de su papá– y quedó. Hizo las fotos y comenzaron a llamarla de diferentes agencias de modelos. La invitaron a trabajar a Buenos Aires y se fue sin compañía alguna por seis meses, a los 18 años. «Me sentí muy sola en esa época, y de hecho hasta el día de hoy, porque nunca voy a aceptar que mi familia está lejos. Ellos aman Chile, pero tienen su vida armada allá; cada dos meses viajo a verlos».
Pero no le gustó el ambiente en Buenos Aires y se volvió a Rosario. La volvieron a llamar de la Capital Federal, sólo que esta vez era para venir a Chile a trabajar por dos meses. Participó en Miss Reef, y eso le abrió el mercado local el año 2005. «Recuerdo que en mis primeros tiempos acá lloraba todos los domingos, pensando que en mi familia ese día hacen asados, se juntan todos, ¡somos una familia grande! Fue súper duro para mí, pero siento que crecí mucho. Creo que pasé de la infancia a la adultez. Pasé de un golpe a sólo trabajar. Mis padres confiaron en mí porque me dejaron de muy chiquita venir a probar suerte a otro país, y hasta el día de hoy se impresionan de lo que he logrado.
Cuando estaba en el colegio, nunca me gustó estudiar mucho, porque nada me interesaba. Pero ahora que estudié para formarme como Personal Trainer, me fue súper bien, porque me apasiona. Creo que si hubiera estudiado algo más formal, hubiese sido nutricionista».
¿Cómo has conseguido desmarcarte de muchas coterráneas que en Chile se han hecho famosas no sólo por su belleza, sino que también por escándalos de diversos tipos?
Si hay algo de lo que estoy agradecida es de lo que me inculcaron mis padres desde chica. Muchos me han dicho «¿cómo fue que creaste ese ‘personaje’ de no salir durante la noche, de hacer una vida más de deporte?». Y no es un personaje que yo creé, soy así. No me gusta salir, no me gusta la noche, para mí ir a una discoteque es como seguir en un lugar de trabajo, en una oficina. Nunca busqué la tele y nunca he hecho escándalo. Soy muy cuidadosa con mi vida privada, con mi familia y con mis afectos. Es por eso también que tengo muy pocas amigas de la farándula.
«Muchas veces dije no a revistas que son subidas de tono, y si bien tuve una época de sexy, hubo que crearlo como un personaje, porque no soy de verdad tan así.
En los trabajos, creo que he sabido elegir. Me han ofrecido entrar a todos los realities, y nunca he querido. Es delicado exponerse tanto. Uno debe valorarse y cuidar lo de uno».
¿Cuál es el rasgo que más admiras y que menos te gusta de las chilenas con las que te ha tocado compartir?
Me gusta que son tradicionales, respetuosas. Nunca he sentido rivalidad de ellas, y siempre me han dado cariño. Lo malo es que he tenido amistades chilenas que han sido doble estándar, que por detrás me han pelado y que me desilusionaron mucho.
Trabajo a full
Un regalo útil para esta mujer sería sumarle más horas al día. Realmente trabaja como hormiguita. Primero, en el canal 94 GTD Manquehue conduce «Vivir sano», un programa de fitness y wellness de la cadena de gimnasios Sportlife. «Este es el trabajo que más me gusta, es en donde más me siento aportando con mis conocimientos. Me gusta transmitir que el ejercicio es salud y energía».
También es presentadora de Falabella TV, además de participar en canal Experto de Polla Internet, ser embajadora de Nike y de la marca de autos BYD. A su vez, anima muchos eventos.
En lo inmediato, la actividad televisiva que tendrá a Lucila más ocupada este verano es la animación de un programa llamado «Long Play» para Quintavisión (señal 9 de VTR) ,un canal de alta sintonía en la Quinta Región. Y en paralelo tuiterá, para cerveza Cristal, todas las alternativas del epicentro del carrete estival.
Con taaantaas cosas y trabajos, además de ser tu propia manager, ¿no te sientes muy presionada?
Vivo mucho el hoy y trato de disfrutar el día a día, porque no sé qué puede pasar mañana. Antes me estresaba mucho y estaba agotada. Me la pasaba llorando, como que me sentía muy exigida. En cambio ahora disfruto todo, y de lo último que he hecho, me encantó el segmento que pude mostrar en «Mundos Opuestos».
Y como no sólo es realmente guapa por fuera, sino que además cuenta con un gran corazón y ganas de ayudar, está muy comprometida en su rol de madrina de «Formando Chile», una corporación sin fines de lucro que brinda educación gratuita, personalizada y de calidad a más de 300 estudiantes en la población La Pincoya.
Un amor con swing…, de golf
Lucila conoció al golfista Benjamín Alvarado a los 19 años, en su primera visita a Chile. El mismo deportista ha contado que en esa época había terminado un pololeo, y le había pedido a un amigo que le mandara el mail «de la mina más rica que tuviera en MSN», y le envió el de Lucila.
Con ese ingenio que tienen nuestros machos locales, para acercarse a la trasandina se presentó como presidente del fans club de Lucila Vit en Chile. Así comenzó una linda relación. Pero la vida de ambos y sus distintas responsabilidades –ella con sus compromisos laborales acá, y él buscando abrirse paso en su competitivo deporte a nivel internacional– hizo que la relación llegara a su fin.
Pasó el tiempo, más de dos años, y después de regresar Benjamín desde Estados Unidos –para vivir más definitivamente en Chile– un día, conversando con uno de sus hermanos mayores, prenden el televisor y ven a Lucila en un programa. Y su hermano le comentó: «¡Mira la tremenda mujer que te perdiste! ¡Eres muy tonto! Si ella era ideal, te acompañaba, no se complicaba con tu carrera, con tus viajes».
Tristemente, ese hermano murió dos días después, y sus palabras resonaron en la cabeza de Benjamín al ver a Lucila en el funeral. «Es como si ese hermano nos hubiese vuelto a unir», reflexiona Vit.
Volvieron, ahora mucho más consolidados, hasta el matrimonio, celebrado a fines del año pasado. Ahora los planes son disfrutar el a veces esquivo tiempo que tienen para estar juntos.
¿Se ven poco?
Por ahora es transitorio que nos vemos poco. Yo no paro, menos en verano, y él tampoco. Nos respetamos mucho los trabajos, los espacios. Nos llevamos muy bien, ¡y no es porque nos vemos poco! Nunca hemos tenido una pelea, porque nos parecemos mucho, cero estresados. A Benjamín nunca nunca lo he visto de mal humor. Yo soy más sensible que enojona. Lloro. Él es muy contenedor y muy tirador pa’rriba, muy partner, me acompaña en las buenas y en las malas. ¡Le cuento todo! Si hasta quise contarle sobre mi despedida de soltera y él me decía «¡no! No me cuentes!». En agosto esperamos irnos de luna de miel, y como no me gusta el frío ni el invierno, me imagino arrancándonos a alguna playa.
¿Y cómo lo hacen en el día a día?
Tenemos una nana que viene sólo una vez al mes. Nos ayudamos entre los dos. Yo lavo la ropa y él la lleva para que la planche la nana de la casa de sus papás. Yo voy al supermercado, y me encanta.
¿Y la distancia no les asusta? No sé, el fantasma de la infidelidad…
Hoy ni loca perdonaría una infidelidad. Pero no me planteo la situación, porque al final pienso que quien te quiera engañar lo va a hacer aquí o en China, por eso prefiero confiar.
Y la clásica pregunta…, ¿esperan tener hijos pronto?
Ando con la idea de tener hijos por lo menos desde hace 5 años; me encantaría ser mamá y aprovechar la energía y la paciencia que tengo. ¡Olvídate como soy con mis sobrinas, me vuelvo loca con ellas! Así que me imagino cómo seré de mamá. Pero me tengo que organizar mejor, porque tener un hijo ahora significaría parar de trabajar. Igual estoy dispuesta a dejarlo todo, creo que lo más importante es la familia. Pero por ahora, disfrutaré mi matrimonio y veremos el mejor momento para ambos.
¿Alguna anécdota de la fiesta de matrimonio?
Se me ocurrió mandar a hacer el vestido a Argentina, y me moría si el tema del volcán se reactivaba, porque ya me había pasado tener que quedarme allá porque los vuelos se suspendían. Me ponía nerviosa pensar que si volvía a pasar, no llegarían ni mis invitados ni el vestido. Pero todo salió bien. Bailé toda la fiesta, sentía fuego en los pies, pero no paré. Benjamín iba y venía a la pista. Descansaba y volvía, ¡trataba!