La amniocentesis es un procedimiento invasivo realizado en el embarazo y consiste en la extracción de líquido amniótico mediante punción y aspiración por aguja fina a través del abdomen materno y pared del útero. Dentro de las indicaciones para este procedimiento se encuentran: riesgo elevado de alteraciones genéticas, bioquímicas y nerviosas fetales, comprobación de madurez pulmonar del feto y ante la sospecha de infección en el ambiente intrauterino.
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Si bien en la última década han aparecido mejores y menos riesgosas técnicas de diagnóstico fetal de anomalías del desarrollo fetal gracias a la ecografía obstétrica, la amniocentesis sigue siendo de primera necesidad para el estudio de infecciones intrauterinas o madurez pulmonar, tanto en los hospitales públicos como en las clínicas privadas del país y el mundo.
El examen se realiza preferentemente en el segundo o tercer trimestre del embarazo, bajo visión ecográfica para poder identificar una zona o “bolsillo” de líquido amniótico en el abdomen materno que se encuentre libre de partes fetales o cordón umbilical, luego bajo técnica estéril y guiándose por ecografía se realiza la punción y extracción de líquido el cual es procesado para su estudio.
Aunque es un procedimiento casi rutinario en el cuidado de los embarazos de alto riesgo, no está exento de riesgos o complicaciones, aunque infrecuentes; dentro de los síntomas que la madre puede experimentar después de una amniocentesis se encuentran: dolor, contracciones uterinas que pueden o no llevar a un parto prematuro, rotura de membranas y sangrado.
¿Te has sometido alguna vez a una amniocentesis? ¿Cómo fue tu experiencia?