Además de las tortillas, el pan es un alimento básico en la dieta de las familias mexicanas. Por eso, en una cruzada por mejorar la salud de los ciudadanos, el presidente Felipe Calderón firmó un convenio para reducir su contenido de sal, ya que el exceso puede producir enfermedades crónico-degenerativas.
El presidente afirma que consumir menos sal es sinónimo de buena salud, lo que se traduce en menos gastos de salud para México. Aunque decirlo así suena un poco duro, la postura que quiere tomar el gobierno es la de prevención de enfermedades que al fin y al cabo, es benéfica para todos.
Salomón Chertorivski, el secretario de Salud, asegura que la firma del convenio para la reducción de sal representa una medida a favor de la salud que reducirá la morbilidad y la mortalidad en el país, así como el número de casos de hipertensión, obesidad y fallas renales.
Concretamente, esto no debe cambiar el sabor del pan. Pero, supuestamente, ahora los bolillos, teleras, baguettes y todo el pan blanco tendrá un 10% menos de sal; dejando un máximo de 0.7 gramos de sal por pieza.